En la planta de producción de Kvasiny, en la República Checa, Skoda está haciendo todo lo necesario para que las primeras unidades del nuevo Superb sean una realidad palpable. Han invertido 1.700 millones de coronas checas (unos 62 millones de euros al cambio actual) para modernizar sus instalaciones y ya está todo en marcha para producir la tercera generación de su buque insignia. Buena parte de las 4.500 personas que trabajan allí se están dejando la piel para que todo salga a pedir de boca.
El primero de una larga serie
La primera unidad vio la luz ayer. Es un Superb pintado en ‘Gris Business’ que irá a parar al garaje del cliente con menos paciencia. Michael Oeljeklaus, Responsable de Producción y Logística del Consejo de Dirección de Skoda, rebosaba felicidad:
Estamos entusiasmados, ya que esto ya está en marcha. El inicio de la producción del nuevo Superb es un momento fantástico y emotivo para toda la compañía, y para la planta de Kvasiny en particular. La producción de este magnífico coche demuestra los altos niveles de competencia de la planta y sus trabajadores.
Están convencidos de que el Superb va a ser todo un éxito por cuestiones de diseño, espacio y confort. Además, no hay que olvidar que este coche ha mejorado una barbaridad en términos de seguridad, eficiencia y tecnología, lo que le sitúa en lo más alto del segmento de clase media. Su lanzamiento se producirá en junio, así que ya falta menos.
Del Superb se han vendido algo más de 700.000 unidades desde el año 2001, que es cuando se empezó a vender utilizando la plataforma B5 PL45+ del Volkswagen Passat LWB de 1999 para su fabricación.
Para terminar, decir que en la planta de Kvasiny también se fabrican el Yeti y el Roomster. El año pasado la producción se elevó a 166.200 vehículos.