El año pasado Volvo nos avisó. Estaban dispuestos a crear el SUV más eficiente del mercado dejando a un lado los eléctricos puros. Hoy podemos decir que han dado en el clavo con el Volvo XC90 T8 Plug-In Hybrid, puesto que es capaz de ofrecer 400 CV de potencia sin comprometer los datos de consumo y emisiones de dióxido de carbono.
Datos que invitan al optimismo
Primero hablaron de 59 g/km de CO2, una cifra que ya nos gustó. Sin embargo, han seguido trabajando hasta reducir todavía más los dígitos. Ahora son 49 g/km de CO2 gracias a un bloque formado por un motor gasolina de 318 CV y 400 Nm de par que trabaja junto a un eléctrico de 82 CV y 240 Nm de par. Este último va situado en el eje trasero y es el que se encarga de transmitir la fuerza a las ruedas que están situadas a cada lado de dicho eje. En total, por lo tanto, tenemos 400 CV y 640 Nm de par.
Sobre consumo medio hablan de 2,1 l/100 km, lo cual tampoco está nada mal. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos y puede recorrer hasta 43 kilómetros en modo 100% eléctrico. Por todo ello hay que destacar el trabajo que han llevado a cabo para adelantarse a la competencia. Con híbridos de esta guisa es normal que la gente se esté planteando abandonar los gasolina y diésel de toda la vida.
No hay más que secretos que el trabajo
El Dr. Peter Mertens, vicepresidente senior de Investigación y Desarrollo, no ha tenido problemas a la hora de hablar de dos aspectos claves para alcanzar la máxima eficiencia sin comprometer las prestaciones. Ha subrayado la importancia de la nueva plataforma SPA (Scalable Platform Architecture) y la evolución de los motores de cuatro cilindros. Eso explica el porqué van a superar a todos sus competidores, incluido el Audi Q7 e-tron, que con sus 50 g/km de CO2 está muy cerca.