Google ya lo ha hecho, pero otras marcas siguen trabajando en ello. Lo de que un coche se conduzca solo es cada vez menos una utopía y más una realidad. Todavía hay que investigar y probar mucho sobre el tema, pero lo cierto es que los primeros avances ya se están testando con éxito en carretera.
La multinacional con sede en Mountain View logró hace unas semanas la primera licencia de conducción autónoma. Lo de Volvo es un tanto distinto, los progresos se centran en un tren de de carretera que ya se ha dejado ver por España.
En una autopista cercana a Barcelona el tren de carretera se puso en funcionamiento. Estaba formado por tres turismos: un Volvo XC60, un Volvo V60 y un Volvo S60, todos ellos guiados por un camión conducido por un conductor profesional.
Los turismos utilizan cámaras, radares de distancia y sensores láser para controlar el vehículo de cabeza y también a los que tienen a su alrededor. De esa forma es posible que el conductor se preocupe por la carretera y pueda atender a otras tareas, como por ejemplo enviar un mensaje de texto con el móvil o leer un libro cómodamente.
Otra de las ventajas del tren de carretera es que no es necesario hacer cambios en las infraestructuras de las carreteras y no hay que instalar componentes costosos en los turismos. Además del software que incorporan, lo que diferencia a estos coches de los demás es la red inalámbrica que llevan instalada.
Este ambicioso proyecto ha sido financiado por la Unión Europea y se puso en marcha en 2009. Ya se han recorrido 10.000 kilómetros a través de pruebas y ahora se iniciará una nueva fase en la que se medirá el impacto que tiene en el consumo.