A principios de marzo del 2015, contamos que la sastrería Polestar pasaba a subsidiaria de Volvo, que compraba el 100% de la compañía. Con el movimiento, Volvo obra con esa dualidad de los fabricantes, que se anuncian verdes y limpios, y siguen produciendo generadores masivos de hollín y CO2.
Las variantes más radicales
Los S60 y V60, con sus variaciones medio campestres, van por su segunda generación, que cumple seis años en el 2016. Polestar sobrepasó en 2013 las especificaciones de rendimiento ‘R-Design’ que salían de fábrica. Esto fue antes de una remodelación de las dos carrocerías en el 2014.
Suspensiones de la casa Öhlins, modificaciones en el control de una tracción 4X4, frenos de Brembo y un motor de seis cilindros en línea con turbo insuflaban 346 CV a los Polestar, apenas vendidos en una docena de países. La inversión de la central en los talleres de Polestar, dijeron, tenía por objeto derramar los deportivos por todo el globo terráqueo.
Pensando en la tercera generación
Los S60 y V60, pintados del azul Pitufo original de Polestar, han de saltar hasta 50 países, entre los que, esperemos, se cuente España. La operación de incrementar la producción en fábrica pone el horizonte de la llegada de Polestar a nuevas fronteras a finales de año, pero hay otra cuestión que habría de preocupar más a Volvo: el relevo a la tercera evolución del coche debería hacerse antes del 2018.
AMG es el rival más directo
Sobre lo técnico, los Polestar S60 y V60 del 2016 varían la fórmula en el motor. El seis cilindros sale desfilando para no volver más, y Volvo le incorpora un cuatro cilindros con turbocompresor que se ha estrenado con el XC90. Es un 2.0T de 367 CV, que pasa muy de largo los alemanes de VAG y BMW. Se pone al lado del que sostiene el récord de caballaje con dos litros de cubicaje y cuatro cilindros sobrealimentados: el de Mercedes.
Por el momento, no hay quien les tosa a los de AMG y Polestar. De precios, ya hablaremos. Pero una manera de empezar a orientarse es considerar que el Mercedes CLA AMG 4Matic, que es un sedán más pequeño que el de Volvo pero que emplea el corazón de 381 CV y cuatro cilindros, sale por 63.150 € en España.
Volvo también iguala la apuesta con una caja automática de siete velocidades como Mercedes, pero hay que hacerse a la idea de que el coste de los Polestar estará bastante por encima de los Clase A y CLA AMG 4Matic.