Volvo anunció a finales del año pasado el cese de fabricación de su compacto carismático y con una personalidad única e irrepetible. Ahora le dice adiós en un homenaje apropiado organizando un concurso para regalar el último C30 que va a salir de fábrica. Se trata de un R-Design en color blanco hielo con el package de Polestar, que sube la potencia de su célebre pero despilfarrador 5 cilindros a 250 CV. Es como el de la foto.
Llegó en el 2006, después del Salón de París, cautivó a la prensa, Jeremy Clarkson, en Top Gear, llegó a describirlo como:
Duro y crudo de verdad. Este coche es épico.
Todo lo tenía de cara excepto los precios. El chasis del Focus le daba una dinámica insuperable y el envoltorio de tres puertas lo distinguía de cualquier otro contendiente exclusivista. Poco práctico y poco polivalente tal vez. Pero genuino.
Y a la masa suelen asustarle las cosas únicas y prefiere camuflarse dentro del rebaño con el mismo coche que su vecino, así que siguieron en auge los A3 y Serie 1, y el C30 nunca fue un éxito comercial. Volvo ha terminado vendiendo aproximadamente unos 210.000 C30. Son pocos, si consideramos los mercados donde se ha exportado y los años y restylings por los que ha pasado.
El último C30
Para ganar el concurso y llevarte el último C30 lo tienes crudo. Primero hay que seguir las pistas en una web que te va guiando para encontrarlo aparcado en algún lugar de Gran Bretaña. Los que descubran dónde está, tendrán que superar una última prueba de conducción en circuito.
Realmente es una pena. El C30 ni siquiera aparece ya en la web de Volvo España. Donde sí que sigue formando parte del catálogo es en la página oficial para el Reino Unido. Por eso el concurso tiene lugar allí.
De todas maneras, si te gusta el modelo, no te rindas. Indaga en los concesionarios, porque tiene que haber stock. Y los precios pueden dejar de ser su argumento en contra.