Volkswagen seguirá los pasos de Renault creando una marca low cost destinada a los mercados emergentes. No tendrá nada que ver con Seat y Skoda, será de menos calidad y tendrá como objetivo llegar a todas esas personas que por desgracia no se pueden permitir pagar más de 10.000 euros por un coche.
El objetivo del Grupo VAG está muy claro y ya lo conocimos en enero de 2010: quieren alcanzar los 10 millones de coches vendidos en 2018 para convertirse en un referente mundial. Hasta ahora Seat, Volkswagen, Skoda, Audi, Bugatti, Bentley y Lamborghini están aportando muchos granitos de arena, pero parece ser que falta otro más para poder crear ese oasis con palmeras con el que Martin Winterkorn, mandamás del conglomerado de marcas, habrá soñado tantas noches.
Ulrich Hackenberg, líder de I+D, ha reconocido en declaraciones para Auto Motor und Sport que en estos momentos existe un nicho muy interesante que tiene que ver con las berlinas de entre 5.000 y 7.000 euros. Han olido sangre y van a ir a por el trozo de carne que les pertoca tratándose de un gigante de la industria. Otros han llegado antes, pero están convencidos de que no tardarán mucho tiempo en ser los dueños del lugar.
En la India ya tienen experiencia gracias a modelos como el Polo y el Vento. Allí cuestan unos 7.000 euros porque se comercializan con un equipamiento bastante pobre en comparación con las versiones europeas. Además, en Sudamérica no les va nada mal con el Gol, aunque han recibido muchas críticas porque se trata de un coche poco seguro. Lo es solo si se paga por los extra, pues elementos tan básicos como por ejemplo el doble airbag son allí opcionales.
El único consuelo para Volkswagen es que sus competidores chinos tampoco estarán a la altura en ese sentido. Pero… ¿es ético que vendan coches tan pobres en materia de seguridad con la de avances que se pueden disfrutar en Occidente? Ahí ya que cada cuál diga lo que piensa…