Está disponible en los concesionarios españoles desde 31.000 € la versión más “básica”, entendiendo con esto que el cambio es manual y que no lleva todas las golosinas posibles, pero de básica no tiene nada. De facto, es calcado al GTI de gasolina de esta séptima y más reciente generación. Sin fijarse en el anagrama, el coche con motor diesel o gasolina no se diferencia en nada. Carrocería rebajada, escapes cromados, llantas de 17” y neumáticos de 225/45, discreto spoiler trasero…
También carga con los faros bi-xenón autodireccionables y la misma suspensión deportiva que su homólogo de gasolina, aunque algo recalibrada porque el motor de gasoil pesa significativamente más. Detrás también van las luces LED con una carcasa oscurecida.
En las fotos lo tenemos en Rojo Tornado, uno de los dos únicos disponibles. ¿Que cuál es el otro color? Pues cuál va a ser… el Blanco Puro. Por dentro también es como el GTI, con la tapicería retro de los cuadros y el mismo volante de cuero deportivo. Ambas versiones, en el mencionado equipamiento “básico”, son otro calco: Climatronic, sensor de aparcamiento delantero y trasero y el sistema de audio Composition Media que, sin ser el más excelso que puede equipar un Volkswagen, sí que está en la zona alta.
Lo importante y la batalla contra el Astra Biturbo
La cuestión que dirime la compra de un GTI o un GTD es, obviamente, el carburante que quieras repostar y, por lo tanto, el motor. El TDI de dos litros y cuatro cilindros ha rebajado consumos y ha ganado prestaciones. En este séptimo Golf, ahora llegamos a los 184 CV (14 más que la anterior generación) y una velocidad punta de 230 km/h, acelerando de 0 a 100 en 7,5 segundos.
No es tan fabuloso como el biturbo del Astra con 195 CV, pero es menos sediento: el Opel consume 4,9 y el Golf se planta en 4,2 litros de media a los 100 km. Incluye el sistema Start&Stop, como también el Opel, y eso ayuda a que las cifras que figuran en el catálogo estén más maquilladas.
Hay dos cosas que son exclusivas del Golf y que el Opel no puede tener: una es la posibilidad de adquirirlo con unas más prácticas cinco puertas, y la otra es la opción del cambio automático DSG. Aunque si te quedas con el tres puertas manual, el precio entre ambos contrincantes es prácticamente el mismo. Por imagen de marca y proyección de estatus social, mejor el Golf. Por rendimiento puro y duro, mejor el Astra.