La séptima generación del Volkswagen Golf, ganadora de los actuales European Car of the Year y World Car of the Year, también ha triunfado en Japón, un país donde los baremos para medir la calidad de un coche difieren de los occidentales.
El compacto de la firma alemana ha sumado 504 puntos concedidos por los 60 miembros del jurado, todos ellos periodistas especializados en motor. De esta forma ha logrado imponerse al nuevo Honda Jazz/Fit (373 puntos) y al Volvo V40 (167 puntos).
El primero que puede con los japoneses
Lo del Golf VII tiene mucho mérito porque es el primer coche que se impone a los japoneses desde que se celebró por primera vez el premio, allá por 1980. Honda, Mitsubishi, Nissan, Lexus, Mazda y Toyota se habían repartido todos los premios hasta la fecha, algo que no es de extrañar teniendo en cuenta lo proteccionistas que son por esos lares. De hecho, en 1994 se les ocurrió la genial idea de entregar un premio al mejor coche de importación que el Golf ganó hace poco más de tres años. Era una forma de dar por hecho que alemanes, franceses, italianos, británicos y americanos no se iban a comer ni un torrado.
Volkswagen lleva muchos años dando guerra en Japón. Este año celebra su 60 aniversario en el mercado nipón, así que ya era hora de que reconocieran el buen trabajo que están haciendo en todo el mundo. No es normal que se lleve los premios más prestigiosos a nivel continental y mundial mientras en Japón miran para otro lado. La recompensa tenía que llegar por la fiabilidad y la calidad de los modelos que fabrican.