Dentro de Volkswagen, la palabra en cuestiones de movilidad sin combustible fósil la tiene el doctor Heinz-Jakob Neusser. En Estados Unidos el vehículo eléctrico se prodiga más que en los países sureños de Europa, y quien está intentando popularizarlo con un calendario apretado es China.
Pero, volviendo a Norteamérica, los periodistas de Insideevs concertaron una entrevista bastante esclarecedora sobre el futuro a corto/medio plazo de los vehículos eléctricos de Wolfsburgo.
Los primeros eléctricos de Volkswagen
Salir de las categorías ‘coche urbano’ y ‘segundo coche’ depende, en esencia, de la autonomía. A finales de octubre del 2014, Volkswagen acercó su e-Golf y su e-Up! al público del Salón Expoelèctric. Fuera de pruebas para prensa o especialistas, los transeúntes que así lo desearon tomaron contacto con los dos primeros coches a batería de Volkswagen y se pusieron al volante.
En general, las impresiones que se recogían no podían ser mejores. Pero los 190 kilómetros homologados de autonomía suponen, de alguna forma, una barrera. En el mismo Salón la gente se subió al híbrido Golf GTE, con sensaciones más sport y que anota un rango de kilometraje que está algo por encima de los 900 kilómetros. Por lo tanto, en la línea de lo que Heinz-Jakob Neusser explicó en su entrevista, la combinación motor de combustión + motor eléctrico es la fórmula más solvente ahora mismo.
Saltar de los 600 kilómetros
Los híbridos como el Golf GTE permiten enchufar la batería del coche a una toma de electricidad y asegurar 50 o 60 kilómetros sin que se queme una sola gota de gasolina. Otros tipos de hibridaciones sólo recargan mediante el uso y el rodaje del vehículo, y el impulsor eléctrico a penas tiene la opción de hacer unos escasos miles de metros a velocidades muy bajas y sostenidas.
Ion-Litio, Plomo-Ácido y Metal-Níquel son las soluciones químicas habituales para la automoción. El primer escollo con el que se encuentran es que tienen una densidad limitada. No más de 28 amperios por hora. Neuss habla de llegar a los 36 o 37 en cuestión de dos años. En palabras más prácticas, un e-Golf saltaría de los 190 kilómetros a los 300.
Lo que desconozco es si Neusser se refiere a forzar la capacidad de los minerales y químicos que se emplean (estoy pensando más en el Ion-Litio), o si está anunciando la llegada de otras sustancias que ya están en fase muy avanzada de desarrollo, como el grafeno.
Tesla puso un anuncio bien grande este mismo verano. Sentenció que tendrían baterías de grafeno pronto (sin especificar cuánto tiempo comprende ese adverbio), y que la marca de 800 kilómetros se superaría con holgura en un vehículo grande y potente como el Model S.
El director de desarrollo en sistemas de propulsión de Volkswagen ha sido más concreto: para el 2020 ya deberíamos ir por los 600 kilómetros y con una densidad de baterías que alcance o rebase los 60 amperios/hora. Eso sí, habrá que olvidarse del enchufe doméstico con corriente alterna. Con esa potencia de luz, pasarían más de dos días antes de que el vehículo estuviese recargado y listo para el uso.
Resumiendo: híbridos primero
Para Volkswagen, mi punto de vista es que la transición hacia el olvido del petróleo va primero a través de los Golf GTE, Passat, Touareg y Jetta Hybrid. Si en un espacio de seis años este hipotético ‘e-Golf generación III’ hiciera 600 kilómetros con las nuevas baterías, ¿cuántos se andarían en un híbrido enchufable como el GTE? En una regla de tres bien sencilla me salen por encima de los 2.800 kilómetros con un solo depósito.
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