Pocos fabricantes confían tanto en la conducción autónoma como Mercedes-Benz. La compañía alemana cree que la movilidad del futuro está más cerca de lo que pensamos, y para demostrárnoslo están invirtiendo millones y millones de euros en I+D.
Gracias a ello nació el Mercedes-Benz F 015 Luxury in motion, un prototipo que aprovecha las virtudes de la conducción autónoma para ser más seguro y espacioso de lo normal. Los modelos de producción, sin embargo, por ahora se contentan con ofrecer sistemas de asistencia a la conducción que podríamos calificar de semi-autónomos.
Chucherías que te quitan trabajo
Uno de ellos es el renovado Mercedes-Benz Clase E que te mostramos el mes pasado. La berlina ha mejorado en todos los aspectos, e incluso se ha permitido el lujo de incorporar funciones como el DISTRONIC PLUS con servodirección inteligente, o el Stop&Go Pilot, que entra en acción para mejorar la dirección del vehículo de forma prácticamente automática, haciéndose notar en momentos tan cansinos como una retención.
Otro sistema que le ha permitido ganar adeptos es el Drive Pilot. Es una especie de piloto automático que puede trabajar junto al control de crucero para que el vehículo se mueva de forma autónoma a velocidades que en ningún caso pueden superar los 210 km/h. Los sensores de radar y las cámaras que incorpora se encargan de hacer realidad lo que hace unos años solo podíamos ver en películas de ciencia ficción. Todo ello con un diámetro de detección increíble, ya que puede rastrear todo lo que sucede por delante a 250 metros de distancia.
El Drive Pilot te pide que pongas las manos en el volante de vez en cuando para asegurarse de que no te has echado una siesta. Por otro lado, puede activarse incluso cuando las líneas de la carretera se ven con dificultad o directamente no existen. En ese caso la velocidad máxima permitida se reduce a 130 km/h, ya que se basa en la posición del resto de coches y en las estructuras paralelas para mantener el coche en el carril, lo cual no es tan fiable.