Un chino con mucho dinero y pocas neuronas acaba de ensuciar la imagen de Tesla, que en los últimos tiempos no es que esté demasiado limpia por culpa de varios incidentes que han provocado la ira de algunos clientes.
El último no tuvo ni tiempo para enfadarse. Se lo compró y ni siquiera lo sacó del concesionario cuando empezó a darle golpes para «protestar contra la arrogancia de Tesla«.
Desfogándose por un mal servicio
Yu Xinquan, el cliente más enfadado del mundo, la emprendió a martillazos contra el cristal del parabrisas por un motivo que no justifica su majadería. Su enfado tiene que ver con el tiempo que tardaron en entregarle la unidad del Model S que había adquirido previo pago de 130.000 euros, ya que lo reservó en octubre de 2013 y le dijeron que lo tendría en abril, pero la cosa se ha ido retrasando y su cabreo ha ido in crescendo.
Fue a ver al CEO de Tesla
Tanto se cabreó que no dudó en acudir al Salón del Automóvil de Pekín para tener un careo con Elon Musk, el mandamás de la empresa estadounidense. Allí le dijeron que su coche ni siquiera estaba en la fábrica y le animaron a tener más paciencia pidiéndole perdón, pero las disculpas no fueron suficientes para Xinquan.
Los directivos de Tesla trataron de calmarle con una promesa. Le dijeron que le iban a instalar una estación de carga en su casa sin coste alguno, algo que al parecer no han cumplido. Pero lo peor todavía estaba por llegar: se equivocaron con el número de bastidor y no le pudieron entregar el coche, así que le ofrecieron cederle una unidad idéntica que no dudó en destrozar porque «eso era como desposar a una mujer ya casada antes». Seguro que la reparación no está incluida en la garantía…