El de China es un mercado muy apetitoso para cualquier fabricante de coches. Eso explica que prácticamente todos se hayan aliado con un fabricante de allí para poder comercializar sus modelos a los millones y millones de chinos que se pasean por los concesionarios año tras año.
Puede parecer que la tarta es lo suficientemente grande como para que todos puedan llevarse un buen pedazo, pero eso no siempre es así. Hay que ser prudente y rebajar las pretensiones de vez en cuando, justo lo que hizo Toyota en septiembre de 2014 cuando vio que los resultados de ventas en China no iban a ser tan buenos como creían.
Los distribuidores en pie de guerra
La situación es preocupante para quienes han levantado un concesionario para vender coches del grupo FAW-Toyota Motor Sales Co. En total hay 523 distribuidores, y el 95% de ellos han anunciado pérdidas. Song Tao, subsecretario de la China Automobile Dealers Association, se lo ha contado a Bloomberg a través de una entrevista telefónica en la que ha reconocido que el 10% de esos distribuidores se plantean muy seriamente la posibilidad de echar el cierre.
Los distribuidores se han reunido para luchar ante esta situación y ahora reclaman 2,2 millones de yuanes en subsidios para cubrir esos costes. Son unos 300 millones de euros con los que pretenden tapar las fugas de dinero provocadas por un exceso de stock que no les permite obtener beneficios. FAW-Toyota produce mucho porque sus previsiones son optimistas, pero la realidad es bien distinta y los grandes damnificados son los responsables de los concesionarios.
Sin bonus no hay paraíso
Lo mismo les ha pasado a los de Bayerische Motoren Werke AG (BMW), que reclaman más autonomía para poder negociar en condiciones con los fabricantes. Los minoristas no lo están pasando bien en China porque ven que no llegan a los objetivos marcados, y eso significa que se quedan sin las bonificaciones que se reparten a final de año en función de los resultados. Puede parecer que es un extra para pagar los regalos de Navidad, pero en este caso estamos hablando de más de la mitad de sus ganancias anuales. Poca broma.
Un 2014 de pérdidas
FAW-Toyota rebajó sus expectativas de ventas en septiembre. Calcularon un 6% menos de lo previsto para cerrar el año con 620.000 unidades matriculadas en China. Para 2015 esperan unos resultados similares y van a hacer todo lo posible para reducir el coste de los componentes importados, ya que eso les permitirá ampliar su margen de beneficios. En los últimos meses han ofrecido descuentos de hasta 13.000 yuanes para vender un coche de 80.000 yuanes (el Toyota Vios). Esa urgencia explica por qué las pérdidas han rondado los 3 millones de yuanes (unos 400 millones de euros) en 2014.