Desde hace muchos años la publicidad y los sentimientos van de la mano. Ya pueden anunciar lentejas o aspiradoras, que al final siempre intentan tocarte la patata de alguna forma u otra. Los coches no son una excepción, y la cosa parece que cada vez va a más.
A casi nadie le gusta ver un anuncio en el que se dice que el coche tiene ESP, ABS, elevalunas eléctricos… Lo que el espectador quiere es emocionarse, o por lo menos eso es lo que debería lograr un anuncio de calidad. Despertar la sensación de necesidad a través de las emociones es la clave para que una persona inicie su proceso de compra, ese que le llevará a visitar más de 10 concesionarios distintos antes de decidirse.
Siguiendo los pasos de BMW
Hace unos meses me llamó la atención un anuncio de BMW en el que se hablaba de la esencia. En ese caso se enfocaba al deporte, aunque pocos días más tarde también se pudo ver otro dedicado a las parejas que llevan mucho tiempo y que se quieren como el primer día. Qué bonito, ¿no?
La última marca que se ha sumado a esa moda ha sido Toyota. Los japoneses, que están de enhorabuena por su 75 aniversario, han recurrido al viaje más duro de todos, el del camino de vuelta. Lo han utilizado para anunciar el Verso y el Yaris.
¿Pensáis que este tipo de publicidad es efectiva?