Ya sabemos cómo se llamará el primer coche eléctrico que comercializará Toyota en nuestro país. Será el Toyota iQ EV, una versión eléctrica del pequeño utilitario que todos conocemos. Las imágenes que podéis ver corresponden a las del modelo de producción, que como podéis ver llegará con algunos cambios importantes en comparación con la versión «normal».
Prototipos y coches de producción limitada han servido de conejillo de Indias para llegar hasta el resultado final. El iQ EV tiene pinta de ser práctico y muy ahorrador, ideal para moverse por la ciudad y poco más.
Exterior diseñado para ganar aerodinámica
Sus dimensiones le permiten ser más grande que el iQ convencional: 3,12 metros de largo, 1,68 de ancho y 1,505 de alto. La batalla es de dos metros y el radio de giro de 4,1 metros.
Su pintura bitono es lo primero que nos llama la atención. Pero hay más. La parrilla es muy pequeña (un eléctrico de este tamaño no necesita más) y las líneas suaves y aerodinámicas marcan la nota predominante. También llama mucho la atención la tapa descentrada con el logo EV. En ella puede conectarse el enchufe para recargar las baterías. Los faros halógenos de proyector, con fondo negro, también son nuevos.
Las llantas son de aleación pero con tapacubos bitono. En la parte trasera destacan los nuevos pilotos con tecnología LED y el paragolpes, colocado muy abajo para mejorar la eficiencia aerodinámica.
Interior adaptado a las necesidades
En el interior nos encontramos con más de lo mismo: decoración bitono a juego con la pintura de la carrocería. El cuadro de instrumentos es especial y los asientos son mixtos piel-cuero.
Incorpora velocímetro, una pantalla multifunción de 3,5 pulgadas y un sistema de detección de empañamiento situado en la luna que sirve para regular la humedad en el interior del coche junto al sistema de climatización.
Como sucede en otros Toyota, el iQ EV puede llevar un sistema de control remoto del climatizador. Éste sirve para activar el aire acondicionado a potencia máxima desde un mando a distancia para disminuir la temperatura del vehículo y reducir el consumo de la climatización cuando el coche está en marcha. Es una forma de enfriarlo mientras se va cargando para luego no tener que recurrir tanto al motor-generador eléctrico.
Sistema de seis altavoces, control de estabilidad, sistema de asistencia al arranque en pendiente o nueve airbags son algunos de los elementos que forman parte de su completo equipamiento.
Máxima eficiencia
Evidentemente, estamos hablando de un coche especial que debe buscar la máxima eficiencia de la forma más ingeniosa posible. Por eso no hay que sorprenderse si en el lugar del escape está situada la batería de iones de litio. El hecho de ir tan abajo le protege de los golpes, baja el centro de gravedad del coche y reparte los pesos de forma equilibrada. Eso mismo permite que la zona inferior sea bastante plana, algo que mejora la eficiencia aerodinámica al añadir carenados.
El iQ EV pesa 1.130 kilos, 125 kilos más que la versión convencional. Pese a ello, han logrado reducir el consumo utilizando una bomba de calor de bajo consumo para la calefacción o a través del parabrisas calefactado, muy útil para prescindir del aire acondicionado a la hora de desempañar el cristal.
Motorización y baterías
Su motor-generador eléctrico entrega 47 kW (64 CV) de potencia. El par máximo es de 163 Nm y como sucede en todos los eléctricos está disponible desde el primer acelerón. Pese a ello, pasa de 0 a 100 km/h en 14 segundos y no es capaz de sobrepasar los 125 km/h. El consumo mixto es de 134 Wh/km y la autonomía homologada de 85 kilómetros.
Existen tres modos de conducción distintos: modo D para consumir lo mínimo posible, modo S para obtener una mejor respuesta y modo B para maximizar la frenada regenerativa y estirar la autonomía al máximo.
Su batería de iones de litio entrega 277,5 voltios y puede almacenar 12,0 kWh en sus 150 celdas. Se puede cargar en tres horas a 230 V, pero lo mejor de todo es que la carga rápida permite recargar un 80% de la batería en 15 minutos.
Pese a que el Toyota iQ EV ya está listo para ser producido, no llegará todavía a nuestros mercados. Los japoneses no son tontos y saben que aquí todavía no estamos preparados para lanzarnos en masa a por un utilitario de estas características. Ni con la gasolina por las nubes aprendemos aquí.