El Tesla Model S va a seguir siendo un coche de difícil acceso para la mayoría de los mortales. Los americanos se han esforzado para que no sea así, pero la rebaja propuesta se antoja insuficiente en países donde la tasa de paro es elevada y las condiciones salariales no tienen nada que ver con las de Noruega, donde ha llegado a ser el modelo más vendido del mes.
Menos autonomía y menos potencia a cambio de un precio inferior
La nueva versión que han lanzado, la Model S 60, sacrifica algo de autonomía para que el precio sea más bajo. Costará 66.000 dólares, lo que al tipo de cambio actual son algo más de 58.000 euros. Eso el modelo sencillo, porque el de tracción integral, el Model S 60D, se irá hasta los 71.000 dólares (unos 62.700 euros).
Las diferencias de precio son considerables si los comparamos con los Model S P90 y Model S P90D, que cuestan 89.500 y 109.500 dólares respectivamente. Las diferencias de 23.500 y 38.000 dólares en función de la elección no son cualquier cosa.
La batería que monta el recién llegado es de 60 kWh, por lo que el Model S 60 no podrá recorrer más de 338 kilómetros (328 kilómetros si es el Model S 60D) sin detenerse para recargarla. Eso sí, cualquier cliente podrá solicitar un cambio de batería para montar la de 75 kWh, que estira la autonomía por encima de los 400 kilómetros a cambio de 9.000 dólares (casi 8.000 euros).
La autonomía no es lo único que cambia en el Model S 60. También lo hace la potencia, que cae a los 328 CV para firmar unas prestaciones que siguen siendo muy buenas: de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos y 210 km/h de velocidad máxima.