Trenzándose con renovaciones y actualizaciones de los seis coches que Suzuki vende a fecha presente en España, la primavera del 2016 llegarán las importaciones del Baleno, que se fabrica en la India, merced de su subsidiaria Maruti. Se cuela este coche en medio de la determinación perentoria de sacar en cinco años todo lo que está dentro de la casa y hacer una reforma integral. Se va a trocear aquí al Baleno, por si ha de servir para comprender lo que Suzuki tiene metido entre las sienes, que es ensanchar su oferta europea y latinoamericana.
Lo que deberías saber del Baleno
1.- Empecemos por el tamaño: está en la franja ecuatorial de los utilitarios. Para que se comprenda esto, le sirve a uno el compararlo con el Ford Fiesta ‘2013-2016’, porque es un vehículo con el que se va a topar en cada país. El Baleno es igual de largo que el Fiesta, aunque también es dos centímetros más ancho y otros dos centímetros más bajo que el Ford. Entre las ruedas delanteras y traseras, dato que llaman ‘la batalla del coche’, en el Baleno hay tres centímetros más que en el Fiesta. Dentro de esta talla estándar de automóviles, pocos hay que se manejen con mejores sensaciones de sustentación que el Fiesta. Al calcar prácticamente toda las mediciones del Ford, el Baleno debería portarse con nobleza. Si hacemos caso de cómo actúa un Suzuki Swift, más garantías podemos anticipar de que este resucitado de los años noventa se guiará dentro de la carretera con precisión y sin sustos.
2.- Baleno contra Swift; Suzuki va a poner dentro de la misma cesta dos automóviles demasiado próximos en espacio y precios. El maletero del Swift se hace un tanto prieto para meter el equipaje de dos personas, y ya no digamos de cuatro. El Baleno habrá que entenderlo como algo que está más encarado hacia rutas largas, pero sin saltar al escalón pecuniario de los coches medianos como un Focus, por seguir dentro de las equivalencias con Ford. El coche se vende en la India desde octubre del 2015, con unos precios que van de los 6.900 € a los 11.000 €. El importe está calculado según el valor de la Rupia India a 8 de marzo del 2016. Pero no habría que meterse en cuestiones tan abstrusas como las divisas. Trasplantar la gama Baleno de la India a Europa dejará unos números que irán de los 12.000 € a los 17.000 €; todo irá según las versiones que Suzuki vaya a conformar en la oferta para España, y cuando se comuniquen, las reflejaremos aquí.
3.- Por ahora, silencio sobre el diésel. Al Suzuki Swift sólo le queda una versión a gasoil, y se le ve poco futuro. En lo que se conoce por el momento, el Baleno nada más funcionará con gasolina, en potencias de 90 y 112 CV. El menos nervudo puede acoplar una asistencia eléctrica en los arranques desde parado y en la aceleración durante los primeros metros; es el momento más crítico para un motor de combustible; es cuando se gasta más carburante, porque es cuando los kilos del coche están quietos y hay que hacer más fuerza para echar a andar. La ayuda con electricidad es de ese tipo que ahora se cae en decirse ‘hibridación suave’, y Suzuki lleva varios años haciéndolo con motores diésel en la India. La versión ‘SHVS’, que es la que llevará este molinillo a pilas de ion-litio, será la más agradecida en el gasto de gasolina, pero también la más cara: en el Salón de Ginebra se anunciaba con 18.000 €.
Pantalla con navegador, control de velocidad, sensores de aparcamiento, Bluetooth, faros de xenón, conectores USB, climatizador electrónico, encender del motor mediante un pulsador, luces diurnas y pilotos traseros por LED… Todo cuanto hay en los bazares de electrónica, se podrá montar en el Baleno; no hay porqué extenderse en esto ni hablar de ello como si fuera cosa prodigiosa. A Suzuki, lo mismo que a las marcas coreanas, sólo la castiga la posventa: las reparaciones de averías, la hora de la mano de obra en el taller, el coste del seguro, la espera a que llegue la pieza de reemplazo… No es una cuestión grave, le quita el sueño sólo a los que sufren del síndrome de Harpagón, pero estas marcas tienen un mantenimiento a largo plazo que sale ligeramente más gravoso que el de otros fabricantes con decenas de plantas y centros logísticos en cada continente.
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