La reputación de Takata está por los suelos. Al proveedor japonés de airbags le llueven las críticas porque ya se han registrado 10 víctimas mortales por culpa de un defecto que deben solucionar cuanto antes. La última fue una estadounidense de 17 años que residía en Texas. Tuvo un accidente leve en 2002, pero ahora se ha sabido que falleció por culpa de una pieza de metal del sistema de inflado que salió disparada y le cortó una arteria.
Un error de una magnitud sin precedentes
Para que no se vuelva a repetir algo así, Takata prepara una nueva llamada a revisión para cambiar entre 35 y 40 millones de airbags. Se dice pronto, pero ocasionará unas pérdidas brutales para la compañía, que por otra parte ya no debe contar con el mismo apoyo por parte de los fabricantes, si bien es cierto que tampoco debe haber mucha competencia en dicho campo.
Será la mayor llamada a revisión de la historia en Estados Unidos y la cosa no se va a solucionar en cuatro días. Puede que tarden años en sustituir todos los airbags defectuosos, lo cual es un peligro para millones de personas. Podemos asegurarlo porque no todos los coches que fueron llamados a revisión en la primera tanda han visto solucionado el problema, así que la lista de espera es más larga que la del restaurante DiverXO de David Muñoz.
Además de la decena de víctimas que he mencionado anteriormente, se contabilizan más de 100 heridos de distinta consideración. Por eso no es de extrañar que 14 fabricantes hayan llamado a revisión unos 24 millones de vehículos vendidos en Estados Unidos para sustituir los airbags defectuosos, tanto los del conductor como los del pasajero.
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