Ya va siendo hora de que Skoda empiece a comercializar un compacto con cara y ojos, con posibilidades de competir en un mercado plagado de propuestas interesantes. El grupo VAG ha sugerido fabricar un modelo similar al SEAT León y el Volkswagen Golf, y parece que por fin vamos a ver un coche capaz de atraer a sus potenciales clientes por ofrecer una atractiva relación calidad-precio, que en definitiva es lo que suele ser habitual en los catálogos de los checos.
Estará entre nosotros dentro de unos meses
Skoda Vision RS sirve para saber cómo será el Skoda Scala, que es el nombre con el que llegará a los concesionarios a principios de 2019. Será presentado antes de que acabe el año y se fabricará en la versión A0 de la plataforma MQB, que es la que se utiliza para dar forma a los utilitarios del grupo VAG (Volkswagen Polo, SEAT Ibiza…).
¿Significa esto último que será un compacto más bien pequeño? Me sorprendería, la verdad. Skoda se caracteriza por fabricar coches que son grandes si se comparan con los de su segmento, algo que se suele apreciar de forma significativa en la capacidad que ofrecen los maleteros.
El Spaceback nunca llegó a dar la talla
Los resultados del Skoda Spaceback no han sido lo suficientemente buenos como para mantenerlo. El recambio está preparado y con un nombre más acorde con lo que venimos viendo en Skoda, ya que una vez más se han decantado por un nombre que hace referencia a un lugar que existe. Concretamente a Malá Skála, un pueblo de unos 1.200 habitantes que está ubicado al norte del país, cerca de la frontera con Polonia y Alemania. El «Malá», como es lógico, lo han eliminado para que ello no perjudique a las ventas. También han sustituido la «k» de Skala por una «c».
Veremos a qué precios se comercializa. Si se sitúa por debajo del León, estoy convencido de que el compacto español perderá un buen puñado de ventas.