Seguro que muchas veces habréis oído hablar de los simuladores de conducción. Un simple videojuego podríamos creer que lo es, pero a decir verdad las sensaciones y experiencias que se viven no se acercan demasiado a la realidad por muy bueno que sea.
Para que las sensaciones físicas y mentales sean lo más realistas posible, tenemos que hablar de simuladores más completos que son capaces de reproducir la sensación de velocidad, aceleración y percepción del entorno. Solo así podemos alucinar con una experiencia de conducción real a través de una máquina a la que no hay que alimentar con gasolina para que funcione (menos mal).
Con los simuladores de conducción los alumnos de las autoescuelas pueden aprender a conducir, enfrentarse con mayor seguridad a sus primeras clases de prácticas o practicar de forma ilimitada situaciones específicas. Con esto último me refiero a incorporaciones con escasa visibilidad, estacionamientos o conducción en condiciones meteorológicas desfavorables.
SIMESCAR, uno de los simuladores más realistas
SIMESCAR, desarrollado por la empresa SIMUMAK, es una de las cabinas de automoción más realistas que existen. Es abierta y reproduce el puesto de conducción de un coche genérico. No le falta la instrumentación completa: volante, frenos, palanca de cambios, mandos… También dispone de asiento, salpicadero y cinturón (no vaya a ser que la máquina se vuelva loca).
Un sistema visual y de sonido se encarga de crear el ambiente perfecto para aprender a conducir de forma segura. Cualquier usuario puede disfrutar de una clase práctica sin tener que pisar la calle, aunque evidentemente estas cabinas cuestan un ojo de la cara. Incluye un sistema visual formado por tres pantallas LED que permiten reproducir el tráfico abarcando 180 grados de visibilidad. Tampoco le falta un sistema de sonido surround (envolvente o 3D) que reproduce el efecto de vibración del motor y otros efectos de sonido con los que te puedes encontrar en la carretera.
El próximo día os hablaré de los simuladores de carreras, que son todavía más populares por su utilización en la Fórmula 1.