¿No has pasado la ITV y estás tranquilo porque la policía nunca te para? Desde que empezó el año tienes motivos para sufrir bastante más, ya que las cámaras que supervisan el estado del tráfico y las de los radares fijos tienen trabajo extra. No solo cumplen con la función que se les encomendó desde el primer día, sino que ahora también son capaces de detectar qué coches no han pasado la ITV. ¿Cómo es posible?
Un sistema que no es infalible
No voy a entrar en valorar si es una medida recaudatoria o es algo que hacen por nuestro bien, por la seguridad. Eso lo dejamos aparcado para otro día. Lo que nos interesa es conocer cómo están trabajando en los centros de control de la DGT, donde una serie de ordenadores son capaces de procesar la información que aparece en las imágenes gracias a un programa informático de reconocimiento que pocas veces falla.
Leen la matrícula y son capaces de saber si ese coche lleva la ITV en regla o no. Acceden a la base de datos de la DGT y en un abrir y cerrar de ojos ponen en una lista negra a los que no han cumplido con sus obligaciones. Se les da un mes de plazo, pero pasado ese periodo de tiempo ya no hay piedad. Envían la correspondiente multa al propietario del vehículo, que normalmente se sorprende porque piensa que solo le pueden multar a pie de calle.
Antes he comentado que pocas veces falla. Lo he dicho porque al principio se equivocaba en un 5,5% de los casos, pero ahora los errores que comete se han reducido al 1,6%. Es una cifra baja, pero deberíamos hablar de un 0%, porque eso significa que todavía hay conductores que reciben multas de forma injustificada. Lógicamente, los damnificados pueden anular la sanción presentando el papelito que justifica que la ITV está pasada. Faltaría más.