Segunda huelga de taxistas en Barcelona contra Uber

huelga taxi bcn
Hoy estamos teniendo la secuela de la huelga convocada el pasado 11 de junio, aunque esta vez sólo se ha llevado a cabo en Barcelona. La Generalitat pide el cese inmediato de la aplicación telefónica Uber y multas de 6.000€ para quienes usen su coche privado para sacarse un dinero extra. La ministra Ana Pastor dijo que “existe una ley vigente y cualquier persona o empresa que quiera entrar a formar parte del sector debe atenerse a las reglas del juego.”

A todo esto, los taxistas también se han cruzado en su manifestación con otra frente al Banco Santander en el Paseo de Gracia, donde la PAH (Plataforma de Afectados contra la Hipoteca) había congregado a quien quisiera apuntarse para reclamar cambios en las condiciones hipotecarias.

Como entiendo que siempre es mejor mirarse las cosas desde un punto de vista indolente y con un sentido del humor cínico, diría que ha sido un día provechoso para muchos taxistas, que además de vérselas con Uber, seguro que había más de uno asfixiado por un crédito hipotecario. De modo que han podido expresar su descontento sobre dos temas que les preocupan en una sola ronda…

Las reglas del juego

cartel cnt huelga taxi
Los taxistas pactan turnos, cuando les toca trabajar se embarcan en jornadas inhumanas y entienden que los sindicatos poco o nada hacen a su favor. En su fuero interno, también deben ir asumiendo que hoy la amenaza se llama Uber, pero que mañana se llamará ‘iTaxi’, solo para iPhones…

Intrusismo o economía sumergida la habido y la habrá siempre, en el sector del transporte y en todas las demás actividades laborales. Por más que se inviertan millones de euros en recursos policiales, nada que sea ilegal puede detenerse, siempre encuentra una nueva forma de reinventarse y de seguir funcionando.

Dándole un toque de atención a la ministra Ana Pastor, a lo mejor el problema no está en las ‘app’, sino en lo que cuesta un viaje en taxi desde el aeropuerto de Barcelona hasta el centro de la ciudad un sábado por la noche y llevando maletas. Los taxistas tienen que cobrar tarifas y suplementos demasiado altos porque, si no, ni ellos ni sus familias comen. Y en los bolsillos de los clientes tampoco hay dinero.

A lo mejor el problema es precisamente eso que ella llama “las reglas del juego”. Porque no es casualidad que estemos presenciando el desmoronamiento del humanitarismo en hospitales, escuelas y acceso a viviendas al mismo tiempo que crece la tasa de paro y que los precios de un taxi se disparan.

Todo está interconectado, y mientras las “reglas del juego” exijan que adquirir una licencia de taxi cueste una cantidad indecente, o que comprar un piso represente una indefensión absoluta delante de una entidad bancaria, las manifestaciones van a seguir. Seguirán funcionando los taxis y los alquileres ilegales, o las ocupaciones de viviendas, o los pagos sin IVA, o las descargas de música y películas gratis, o tantas otras cosas al margen de la tesorería estatal.

Hoy han coincidido dos manifestaciones al mismo tiempo en Barcelona. El próximo mes serán tres en Madrid. Y el próximo serán ocho en Bilbao. La mayoría serán pacíficas, otras acabarán en desorden social…

Los taxistas no tienen nada en contra de los smartphones o los GPS, estoy bastante convencido de eso. La gente que estaba hoy delante del Banco Santander no tiene nada en contra de tener que pagar por un crédito. Lo tienen contra esas “reglas del juego”.

Humildemente y sin ser una autoridad en Ciencias Políticas o Económicas, antes que ir a reclamar en Bruselas que se gasten millones de euros en una guerra informática fútil, sería más provechoso que se revisaran algunas de esas “reglas del juego.” Un taxista no tendría que trabajar más de doce horas y podría rebajar sus tasas, e incluso abonarse a Uber y a otras aplicaciones telefónicas nuevas, y publicitar su taxi ahí.

Por mi parte, ahora mismo no veo ningún programa político en partido alguno que se esté planteando algo con el más mínimo sentido común.

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