Ambiente de optimismo el que se respira en SEAT desde que el grupo VAG autorizó la creación de su primer SUV, el Ateca. Aunque no se vende ni mucho menos tan bien como el Ibiza o el León, está generando importantes beneficios para la compañía, que es justo lo que necesita para poder crecer en España y expandirse en otros mercados.
Esa expansión está en marcha y ya tiene su próxima parada definida. En cuestión de semanas estarán vendiendo sus coches en Nueva Zelanda, un país con un mercado maduro y desarrollado en el que esperan hacerse un hueco rápidamente.
Expandirse para no depender solo de Europa
Wayne Griffiths, vicepresidente ejecutivo Comercial de SEAT que aparece en la segunda imagen, ha explicado que no se van a detener ahí, puesto que ya están estudiando la viabilidad de un desembarco en Argentina y Noruega. Además, también tienen intenciones de llegar a Irán con sus modelos más austeros.
Según Griffiths, SEAT tiene que acelerar su expansión por una cuestión de supervivencia y crecimiento empresarial:
Si quieres ser una marca fuerte, tienes que ser conocida internacionalmente y no ser sólo una marca local o regional.
En estos momentos el mercado europeo representa un 80% de sus ventas, demasiado teniendo en cuenta que Europa puede vivir una crisis económica y financiera que le afectaría más que a sus competidores, que han sabido diversificar sus mercados.
El fortalecimiento de SEAT pasa por ganar cuota de mercado en Europa y seguir creciendo tanto en el norte de África como en Latinoamérica. No hay que olvidar que en México les está yendo muy bien, motivo por el cual les gustaría probar suerte en Argentina.
El Ateca les ha subido la moral
SEAT confía en el buen recibimiento del Ateca y el Arona en países como Alemania, Francia e Italia, donde las carrocerías SUV crecen a un ritmo muy similar al de España. Quieren alcanzar una cuota de mercado mínima del 5% en cada segmento.
Griffiths ha reconocido que no esperaban un éxito tan abrumador con el Ateca, con el que ha habido grandes problemas con los plazos de entrega por falta de previsión. Ahora mismo rondan los cuatro meses, un periodo de tiempo que para él es aceptable. A pesar de ello, están trabajando para que no vuelva a ocurrir algo así:
En cuanto a la planificación a largo plazo, sí que tenemos que reaccionar a la demanda más alta que hay para el Ateca. Ya estamos hablando de esto y en los años que vienen ya reaccionaremos en la capacidad.