Es la crónica de una muerte anunciada. El mercado chino es goloso como él solo, porque en un país con 1,35 millones de habitantes hay hueco para centenares de modelos de coches de decenas de marcas. El pastel es tan grande que SEAT creyó que se podía llevar un buen pedacito a la boca, pero al final se ha dado cuenta de que la competitividad también importa a la hora de vender por esos lares.
Y no lo digo porque los coches de la firma española no estén preparados para venderse allí, ni mucho menos. Lo digo porque exportar sale caro, puesto que la política arancelaria del Gobierno chino es muy restrictiva y eso hace que el precio de venta al público sea demasiado elevado, lo que se traduce en una pérdida de competitividad difícil de remediar.
Los números cantan
Para que te hagas una idea de lo mal que le ve en China, solo te daré tres cifras que lo resumen todo:
– 2.200 unidades vendidas en 2012
– Poco más de 1.000 unidades vendidas en 2013
– 179 unidades matriculadas durante el primer trimestre de 2014
Como diría Bernd Schuster, «no hace falta decir nada más». Con semejantes números, si eres una marca generalista estás obligada a asociarte con un fabricante de allí para producir tus coches en terreno chino. Si de cada unidad que vendes obtienes un margen de beneficios suculento, como es el caso de Porsche, Ferrari o Lamborghini, puedes permitirte el lujo de exportarlos como se ha hecho toda la vida, puesto que a tus clientes no les importa absorber los aranceles de forma indirecta. Pero está claro que ese no es el caso de SEAT.
Echar raíces es la solución
El Grupo Volkswagen no ha tardado en reaccionar. La empresa dirigida por Jürgen Stackmann está levantando el vuelo en España y en Europa en general, pero en China no puede ir dando bandazos. De ahí que ahora mismo estén negociando con una empresa local con la que se asociarán para fabricar coches en el gigante asiático.
Y mi pregunta es… ¿Veremos en España algún SEAT fabricado en China dentro de unos años? Por el bien de muchas familias a las que les va el plato de lentejas espero que no, pero cualquier cosa puede pasar.