El Nissan Cube es un curioso modelo que llegó a Japón hace cosa de una década. Allí está arrasando tanto en ventas como en críticas. Todo son alabanzas y las sucesivas generaciones que han ido saliendo han aprobado con nota. Sin embargo, en Europa parece que las cosas no son iguales, ni siquiera parecidas.
Este monovolumen compacto de cinco puertas, de 3.98 metros de longitud, 1.69 metros de ancho y 1.67 metros de alto, no ha calado hondo en los consumidores del viejo continente, quienes prefieren apostar por los monovolumenes de toda la vida, como por ejemplo el Renault Scénic o el Citroën Picasso. Su diseño asimétrico, algo que no habíamos visto hasta la fecha en un modelo de producción, sólo ha enamorado a unos pocos.
Es extraño saber por qué no ha triunfado aquí. Puede que sea un diseño demasiado rompedor, para el que todavía no estábamos preparados. Lo que es cierto es que su interior es magnífico, muy amplio y con acabados de calidad. En cuanto a motorizaciones, ofrece tanto un gasolina como un turbodiésel ambos con 110 CV de potencia y con consumos bastante aceptables.
Sin embargo, pese a todo ello, otros monovolúmenes urbanos de 4 metros de largada le han quitado protagonismo. En cuanto a posicionamiento, podemos decir que el Kia Soul es el competidor más directo, aunque el modelo de la firma coreana tampoco podemos decir que haya sido un éxito.