Rolls-Royce continúa lanzando ediciones especiales de su lujoso Phantom. Para ello suele recurrir a Bespoke, que es la unidad encargada de realizar coches que son más especiales de lo normal.
Del Phantom Limelight que ves en imágenes solo se van a fabricar 25 unidades que irán a parar a los garajes de gente poco corriente. Primero por lo que significa pagar decenas de miles de euros, y segundo por lo que tiene que ver con su habitáculo, extravagante y con funciones a las que no estamos acostumbrados.
Al habitáculo no le falta nada
Me refiero básicamente a la parte que han bautizado como Phantom Suite. Se trata de las plazas traseras, donde la personalización alcance límites insospechables. Para empezar, hay que decir que sus asientos tienen pinta de ser tremendamente cómodos. Puedes ajustar la posición de los mismos y con un poco de suerte te puedes echar una siesta mientras el chófer te lleva a tu destino.
Podemos continuar con los portaobjetos. En ellos es posible guardar relojes, corbatas, joyas, carteras… Lo normal, vamos. También hay hueco para almacenar frascos de perfume hechos a mano en el valle de Bresle, al noroeste de Francia. No le falta un estuche para todo tipo de accesorios como gafas, tarjetas, cosméticos o tarjetas de visita, mientras que los joyeros son de fibra de carbono, aluminio y piel.
Volviendo al tema de los asientos, decir que Rolls-Royce ha colaborado con médicos expertos para determinar cuál es la posición óptima de los mismos para descansar. Que te lo creas o no ya es cosa suya, pero viniendo de ellos como mínimo no suena a disparate.
Detalles estéticos
La carrocería está pintada a mano con los tonos Seashell y Navy Blue, a juego con los detalles en forma de diamante que se exhiben en el interior. Las llantas de aleación son de 21 pulgadas y 9 radios, tal y como puedes comprobar tú mismo en la galería de imágenes que se muestra a continuación.