Este pasado fin de semana terminó el Salón del Automóvil de Barcelona 2013. Durante 11 días la Ciudad Condal se ha convertido en la capital del motor, aunque hay que decir que el evento ha dejado mucho que desear si lo comparamos con lo que se ha organizado otros años.
La crisis y las grandes ausencias han tenido buena parte de la culpa. 22 marcas, 2 novedades mundiales y 4 europeas no han sido suficientes para enamorar al público que ha asistido a la cita.
Novedades mundiales
El Renault Twizy F1 Sport y el Volkswagen e-Up! eran los modelos que debían acaparar todas las miradas por ser las dos únicas novedades mundiales presentadas en Barcelona, aunque a decir verdad no son coches de interés general. El primero no se llegará a producir en serie y el segundo es muy poco probable que triunfe aquí, más que nada porque todavía no estamos preparados para dar una cobertura decente a los coches eléctricos. Si a eso le sumamos que son más caros que los que funcionan con motor de combustión, es normal que pocos visitantes se hayan fijado en el e-Up como una futurible compra.
Además de eso, me gustaría decir que el Twizy F1 Sport estaba demasiado apartado dentro del stand de Renault. No le han dado el protagonismo que cabía esperar y ha pasado más bien desapercibido. Su momento de gloria llegó cuando Romain Grosjean se subió a él en plena presentación, pero poco más.
Austeridad y pocos fuegos artificiales
Así a bote pronto podría deciros que ha sido el Salón de Barcelona más «pobre» de los últimos años. No han regalado ni pines y se ha visto menos ambiente y menos movimiento que en otras ediciones. Nada de fuegos artificiales y virguerías en lata en los stands de las principales marcas. La austeridad ha sido la nota predominante y pocas firmas se salvan del suspenso.
Honda ha presentado sus modelos en un stand horroroso, Jeep ha agolpado todos sus coches de la peor forma posible y otras marcas como Peugeot apenas han tenido presencia.
Los grandes ausentes
BMW, Skoda, Porsche, Citroën, Opel, Fiat o Toyota han pasado de venir a Barcelona. Me sorprende negativamente que haya sido así, sobre todo en el caso de BMW. La firma alemana está perdiendo adeptos en España y con más motivo debería venir con todo para recuperarse. Sin embargo, sus responsables han pasado olímpicamente y le han dejado todo el protagonismo a Audi, que con el stand más bonito de todos (que no el más espacioso) se ha dado un baño de masas.
El futuro
No queda claro qué es lo que pasará en 2015. Si la industria sigue igual de mal es probable que desaparezca, aunque no hay que olvidar que España es uno de los países con más tradición automovilística, y no lo digo solo porque Fernando Alonso sea un fuera de serie. Contamos con varias fábricas repartidas por toda la geografía y desde siempre hemos sido un mercado muy interesante.
Ojalá la economía se recupere cuanto antes y las marcas acudan a Barcelona sin pensárselo como sucedía antaño. Por el bien de todos espero que así sea.