Ya aireamos todas sus características y especificaciones mecánicas hace muy poco tiempo, pero esta semana tenemos retratada la estrategia de comercialización y el afiche para nuestra lustrosa, honrada y bien gestionada península. En los tres primeros años de esta década, todas las versiones deportivas de los utilitarios se han ido renovando con menor o mayor acierto. Nos faltaban el Fiesta ST y el Clio.
El Renault estará en los concesionarios el 22 de marzo, en cuestión de semanas. El precio del más básico se dispara por encima de todos y se pone a la par de los más “posh”: Mini, Juke Nismo o 208 GTI. El Clio sale a partir de la escalofriante cifra de 24.400 €, sin descuentos ni peros que valgan. Unos quinientos euros menos que en Francia, cuando esperábamos que aquí el monto sería algo superior al de su país natal.
Estamos hablando de una diferencia de más de 3.000 euros con respecto a otros modelos que merecen todo el respeto del mundo: Polo GTI, Ibiza Cupra, Fabia RS, Corsa OPC, Abarth Punto, DS3 THP… Los he dicho de memoria, seguro que me olvido de alguno (si es así, que alguien me lo señale en un comentario.)
Pendiente de la aprobación del público
Par muchos, el Clio RS (o Sport, como se le ha conocido en otras vidas), es el más icónico de los urbanos racing, y los más integristas hay tres cosas que no le van a perdonar: que sea cinco puertas, que tenga un motor 1.6 turbo en lugar del 2.0 por aspiración, y que sólo se fabrique con cambio automático de doble embrague (EDC en la nomenclatura de Renault).
Fríamente son tres virtudes añadidas: polivalencia, eficiencia energética y actualidad tecnológica. Pero en estos coches sabemos que lo que menos cuenta es la lógica.
Como viene siendo tradición en ediciones anteriores, el RS vuelve a posicionarse en los 200 CV. Por rendimiento y comportamiento, la única manera de saber cuál es el mejor sería meterlos a todos en un circuito. Ya lo dije cuando hablamos del Peugeot.
Los dichosos packs de Renault
El equipamiento de serie va fuerte, pero tiene algunas lagunas que, por lo ridículas que son, parecen de chiste. Por ejemplo, las ventanillas eléctricas de atrás son manuales y la climatización es por aire acondicionado. Tampoco tiene un tercer reposacabezas detrás. Es simplemente grotesco que haya que pagar 279€ más por esto. Pero así han sido siempre los packs Renault. Siempre quedando mal en último momento por menudeces. Éste que mencionamos es el pack Confort, pero hay otros más.
– Pack Cup, por 518 €. Incluye el chasis afinado como “Cup”, una fórmula que ya conocemos de la generación anterior. También cambia las llantas de 17 por unas de 18 y unas pinzas de freno pintadas en rojo.
– Pack Sport, por 678 €. Lo mismo que el Cup pero también incorpora un sistema de telemetría llamado RS Monitor.
– Pintura metalizada, 310 €
– Pintura especial (aunque no sabemos qué tiene de especial), 393 €
– Pintura especial RS (ésta ya debe ser muy pero que muy especial) 1.275 €
-Sistema de navegación integrado MediaNav, que supone un descuento de 319 € porque te quedas con la versión más chusca de la consola de infotainment y pierdes la más novedosa R-Link.
Lo dicho, indeciblemente caro, pero estos pequeños no los suelen medir por el rasero del precio. A la marca, lo que más le importa no son sus ventas, que terminan siendo marginales, sino tenerlos como iconos o como demostración de poderío. Siempre repito la misma pregunta: ¿cuál sería tu utilitario deportivo?