De mal en peor. Así es como van las cosas a nivel económico por un sinfín de medidas que solo perjudican a nuestro bolsillo. Los políticos no han sido capaces de evitar una guerra que está acabando con la vida de muchas personas y que está sumiendo en la pobreza a otras tantas.
Uno de los principales problemas está en el precio de la gasolina y el gasóleo, que como era de esperar se ha disparado y no dejará de subir durante un tiempo. Ya lo anunció el presidente de los Estados Unidos Joe Biden, así que ya veremos hasta dónde va a llevarnos esta crisis que amenaza con ser peor que la de 2008.
Récord que se irá renovando en los próximos días
En estos momentos no puedes aspirar a circular por poco dinero. El litro de gasolina ha alcanzado ya los 2 euros en España, lo que supone un récord escandaloso que hace que llenar el depósito sea una ruina. Teniendo en cuenta esto y teniendo en cuenta que los coches eléctricos no están al alcance de cualquiera por el precio de venta que tienen, no es de extrañar que los jóvenes (y no tan jóvenes) se planteen muy seriamente pasar del coche como vehículo de movilidad. Prefieren el transporte público, la bicicleta o el patinete, y si tienen que hacer un viaje largo ya alquilarán un coche. Puede que la forma de pensar esté cambiando y los fabricantes de coches van a seguir sufriendo por una serie de cambios que solo perjudican a su negocio.
Basta ya de vivir a merced de los más poderosos
Aunque parezca mentira, a día de hoy llenar el depósito de un coche pequeño que se mueva con gasolina puede costar hasta 80 euros. La guerra y la especulación están convirtiendo el petróleo en una amenaza de la que todos deberíamos dejar de depender, si bien es cierto que cuando todos los vehículos sean eléctricos las compañías que controlan la electricidad subirán el precio como les venga en gana. Aquí siempre ganan los mismos y siempre pierden los mismos. Lo malo es que luego vamos a votar como borregos a los políticos de turno, que sean del partido que sean siempre saben a quién deben favorecer para llenarse los bolsillos y asegurarse una buena jubilación.