El Volkswagen Beetle no es solo un coche para niñas monas y jóvenes que quieren disfrutar del verano al máximo pisando el acelerador de la versión descapotable. La firma alemana ha querido acabar con esos tópicos de un plumazo preparando una campaña de lo más excitante, ya que se han dado unas cuentas vueltas con él en un circuito para demostrar que es un coche capaz de provocar descargas de adrenalina considerables.
Una vuelta inolvidable
Jaime, Gael, Laura y Roger lo han podido comprobar en sus propias carnes. A todos ellos se les convocó en el precioso circuito de velocidad de Castellolí, un complejo situado en la provincia de Barcelona que no solo sirve para formar pilotos, sino que también alberga alguna que otra competición.
Su motor no engaña
Se subieron a un Beetle sin saber que era un Beetle. Les taparon los ojos y les invitaron a degustar lo que se siente al dar una vuelta acompañado por un piloto profesional. Éste exprimió al máximo el motor, un 2.0 TSI gasolina de 220 CV de potencia y 350 Nm de par máximo. Teniendo en cuenta que es el mismo propulsor que montan el Golf GTI y el Scirocco GTS, no es de extrañar que más de uno creyera que se trataba de uno de esos dos modelos nada más terminar la vuelta al trazado.
Se llevaron una gran sorpresa al quitarse la venda y contemplar un Beetle de color blanco con dos franjas negras que recorren su carrocería desde el capó hasta la zaga. No esperaban que pudiera derrapar y rendir a semejante nivel, pero lo cierto es que sus datos de prestaciones no están nada mal. Acelera de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos y puede alcanzar los 231 km/h de velocidad punta, así que el escarabajo corre que se las pela.