Cancelar el seguro del coche puede ser una verdadera pesadilla. A pesar de que muchos clientes recurren a la táctica de dejar de pagar el recibo cuando desean anular la póliza, en realidad eso no es legal. Lo correcto es solicitar la no renovación de la póliza con dos meses de antelación, aunque en la propia póliza, según las condiciones de la misma y el tipo de compañía, pueden contemplarse plazos inferiores. También es recomendable comunicar la baja mediante el envío de un telegrama o burofax a la sede social de la compañía, con indicación de los datos del tomador, número de referencia de la póliza y solicitud de que no se va a renovar la misma al próximo vencimiento.
Es importante saber que hay diferentes tipos de pólizas. Algunas se pagan de forma anual en un único pago, pero muchas aseguradoras permiten el pago fraccionado: mensual, trimestral o semestral. En cualquier caso, el contrato de seguro es siempre por un periodo de un año. Si a mitad de año, o antes del vencimiento de la póliza, decido cancelar mi seguro, ya sea porque no me interesa o porque he vendido mi coche, el contrato continuará vigente hasta el final del plazo anual suscrito. Así que el vehículo continuará asegurado con esa compañía. En caso de cancelación por parte del cliente, la compañía no tiene obligación de devolver el importe proporcional a los meses que falten hasta la fecha final.
Las situaciones más comunes y las formas de optimizar la cobertura pueden ser dos:
1. Cancelación por la compra de un vehículo nuevo: en ese caso las compañías sí traspasan el seguro de un vehículo a otro dentro de la misma compañía, actualizado las características y coberturas al vehículo nuevo. Sin embargo, puede que la prima sea más elevada y tengas que pagar una cantidad adicional.
2. Si la cancelación se produce por venta o baja del vehículo, la mayoría de compañías contemplan la posibilidad de congelar la póliza durante un tiempo establecido mientras se decide la compra de otro vehículo para así aprovechar el seguro del antiguo.