A Porsche le salen los números. Le vale la pena invertir en mejoras que benefician a los clientes que apuestan por el Porsche Macan, un modelo que les ha permitido incrementar sus beneficios considerablemente. Por eso no es de extrañar que el paquete Performance haya llegado al todocamino alemán.
Más potencia y más par
Con semejante pack se convierte en un modelo todavía más respetable. Parte desde la base del Porsche Macan Turbo, que ya de por sí es un cohete, y eleva su potencia hasta los 440 CV, lo que se traduce en una ganancia de 40 CV. El par máximo, por su parte, crece 50 Nm para situarse en los 600 Nm entre las 1.500 y las 4.500 rpm.
Engordar los dígitos que acabo de mencionar tiene premio. Este Macan con paquete Performance es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos (4 décimas más rápido sin tener en cuenta el paquete Chrono Sport) y alcanza una velocidad máxima de 272 km/h (6 km/h más). Y no solo eso, sino que la recuperación de 80 a 120 km/h la completa en 2,9 segundos (2 décimas más rápido).
Lo que no es tan maravilloso es el consumo medio, ya que es algo más derrochón. Si el Macan Turbo gasta una media de entre 8,9 y 9,2 l/100 km, con el paquete en cuestión hay que hablar de entre 9,4 y 9,7 l/100 km. Las emisiones, como es lógico, también crecen.
El asfalto se siente más cerca
El Macan Turbo que nos ocupa en este artículo es igual de ancho y tiene la misma distancia entre ejes que el Macan Turbo convencional. Sin embargo, es 7 milímetros más corto y 15 milímetros más bajo. ¿Por qué sucede esto último? Porque han querido reducir la altura libre al suelo en favor de su deportividad, algo que es posible gracias a la suspensión activa Porsche Active Suspension Management (PASM). Además, en opción cualquiera puede pedir la suspensión neumática con función de autonivelado que reduce la altura en 10 milímetros extra.
A nivel estético no hay demasiados cambios. Diferenciarlo de un Macan Turbo del montón solo es posible fijándose en las llantas, que son de 21 pulgadas (en opción) y alojan unas pinzas de freno rojas.
Como suele ser habitual en Porsche, lo peor de todo es el precio. No es posible conducir un Macan Turbo con paquete Performance sin desembolsar la friolera de 106.012 euros, más de lo que te cuestan los Cayenne diésel e híbridos de su lujoso catálogo.