Porsche 918 Martini Racing, con un vídeo que pone los dientes largos


El proyecto del superdeportivo híbrido enchufable de Porsche entra en la siguiente fase de pruebas dinámicas. Cada vez está más cerca de ser una realidad comercial. En estos momentos han llegado al bautismo que tiene que pasar todo Porsche en su proceso de puesta a punto: rodar como un poseso en Nürburgring. Tienen como objetivo completar una vuelta en 7 minutos y 22 segundos.

Un traje con historia

No es la única noticia. Para delicia de los aficionados, el acuerdo con la marca Martini que tenía Porsche en los años 70 se ha reeditado para este proyecto, así que esta nueva maravilla tecnológica va vestida con el mejor traje que se pueda imaginar, los colores de guerra de Martini Racing.

Pero el 918 Spyder no será una rareza de circuito, sino que ha de ser un vehículo apto para el uso diario. Por eso une un motor de gasolina con dos motores eléctricos, uno para el eje delantero y otro para el trasero. Las prestaciones son impresionantes, pues alcanza la potencia combinada de 770 CV, cosa que deja por los suelos la marca de la última creación de Ferrari, el F12berlinetta. Y además le supera en tecnología, puesto que los de Maranello se están durmiendo en los laureles con el desarrollo de su sistema híbrido HY-KERS.

De otra galaxia

Las cifras de consumo declaradas han de ser de otro mundo o han de ser mentira. Es increíble que la marca anuncie como media 3,0 litros a los 100 kilómetros y unas emisiones de 70 g/km.

Además de todo del despilfarro tecnológico, la ingeniería se ha esforzado mucho en rebajar el peso a base de fibra de carbono y en crear una aerodinámica que va variando según las condiciones y situaciones de conducción. Las ruedas del eje trasero también son direccionales para lograr una conducción ultra precisa y segura. Hay quien dice que su diseño tiene reminiscencias clásicas. Yo no se las veo por ningún lado. Más bello no puede ser, y más adelantado a su tiempo tampoco. El vídeo que os ponemos son sólo quince segundos, pero si hay algo que deja claro es que, por muy híbrido que sea, el cacharro suena como una auténtica bestia.

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