Porsche 911 Turbo: Un deportivo de altos vuelos que no descuida la seguridad


El Porsche 911 Turbo es uno de los deportivos más rápidos del planeta, una bestia del asfalto capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en poco más de tres segundos y de superar holgadamente los 310 km/h.

En coches con semejantes prestaciones, la seguridad es primordial, y Porsche con el 911 Turbo ha fabricado un deportivo tremendamente rápido y seguro a su vez.

Los frenos, un punto clave

Para los ingenieros de la firma alemana, unos buenos frenos son tan o más importantes que un buen motor o un excelente chasis. La generación actual del 911 Turbo (991) ha incrementado las prestaciones respecto a su predecesor, el 997, pero no ha sido éste el único aspecto que ha mejorado, ya que los frenos también han sido optimizados.

El deportivo alemán equipa unos discos de freno perforados con un diámetro de 380 mm delante y detrás, mientras que los spoilers de aire contribuyen a una óptima refrigeración. Las mordazas de freno están fabricadas en aluminio de una sola pieza y cerradas. Esto les atribuye una mayor resistencia a la deformación, un punto de contacto mejorado y una ligereza superior.

Como opción, se pueden equipar los discos de freno cerámicos perforados PCCB (de serie en el Turbo S). El diámetro de los discos es mayor y son más ligeros aún, lo que se traduce en una potencia de freno mejorada.

La estabilidad y la tracción, sublimes

Tanto la versión Turbo como la Turbo S equipan de serie el Porsche Stability Management (PSM), un sistema que estabiliza el vehículo colocándolo en la trazada correcta cuando las condiciones rozan el límite.

Si el 911 Turbo se desvía de la trazada deseada, el PSM inicia los procesos de frenado selectivos sobre cada una de las ruedas. Este sistema incluye un diferencial automático de freno (ABD) y un control automático de tracción (ASR) que mejoran la tracción al acelerar sobre firmes inestables o en condiciones meteorológicas poco favorables.

Si activamos el modo SPORT PLUS del paquete Sport Chrono, el PSM es más permisivo y retrasa su acción, dejando más libertad al conductor. El PSM se puede desconectar, y no intervendrá a no ser que el conductor pise el freno a fondo o una de las ruedas delanteras (las dos en el modo SPORT PLUS) pierda adherencia.

El sistema de alumbrado

El deportivo de Stuttgart equipa de serie unos faros Bi-Xenón con sistema de lavafaros y regulación dinámica del alcance del haz, así como el Porsche Dynamic Light System (PDLS). Como opción (de serie en el Turbo S) se pueden equipar unos faros LED con PDLS+, que emiten una luz muy clara y aseguran una iluminación aún mejor.

El PDLS+, además de todas las funciones que ofrece el PDLS, cuenta con un control dinámico de la luz de carretera, el cual detecta a los vehículos precedentes y que circulan en sentido contrario y adapta la intensidad y el alcance del haz a cada situación concreta.

Tanto las luces diurnas, como los intermitentes, luces posteriores y de freno, emplean la tecnología LED.

Menos peso y mayor confort

Gracias a la utilización de elementos como el aluminio y el magnesio en el techo, las puertas o el capó, se ha conseguido rebajar el peso del conjunto y aportar hasta un 25% más de rigidez torsional a la estructura, lo que se traduce en un mayor confort y unas características de conducción aún más deportivas.

Mayor seguridad

El 911 Turbo incorpora airbags de gran tamaño para conductor y acompañante que se despliegan en dos etapas dependiendo de la gravedad y del tipo de accidente. También incorpora el Porsche Side Impact Protection (POSIP), compuesto por unas barras de protección situadas en el lateral del vehículo, así como dos airbags laterales. En los flancos de los asientos hay un airbag torácico y en los paneles de las puertas uno craneal.

En definitiva, Porsche ha cuidado hasta el último detalle para hacer del 911 Turbo una máquina en la que poder disfrutar de la velocidad manteniendo un elevado grado de seguridad.

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