Lo que voy a explicar ahora cuesta de creer, pero os puedo asegurar que es del todo cierto. En plena crisis económica, la Asociación Española de la Carretera (AEC) se ha reunido para hablar de una cuestión muy delicada: están pensando en cobrar por usar las carreteras. Eso sí, son tan buena gente que sólo pagaríamos a partir de los 15.000 kilómetros anuales. Sí, en Cataluña estamos pagando mil y un peajes y todavía tendríamos que pagar más. Qué poca vergüenza…
Lo que quieren darnos a entender es que pagaremos en función de lo que utilicemos la carretera. Se crearía un Bono de Movilidad que tendría como único objetivo vaciar nuestros bolsillos, tal y como ellos mismos han reconocido. Eso sí, para tratar de pulir un poco el tema han declarado que parte de la recaudación se emplearía para «defender el derecho a la movilidad y mejorar el estado de las carreteras». Vamos, que se lo quedarán los cuatro peces gordos y los cuatro pececillos que puedan chupar del bote.
La medida, según hemos podido saber, ha llegado en respuesta a la reducciónen infrastructuras anunciada por el Gobierno para recortar gastos. De esta forma se asegurarían entre 20.000 y 25.000 millones de euros al año.
La cantidad que tendremos que pagar por cada kilómetro más que hagamos una vez hayamos rebasado los 15.000 todavía se desconoce. Lo que sí sabemos es que los profesionales podrán ampliar ese límite hasta los 100.000 kilómetros, lo cual me parece muy poco teniendo en cuenta que hay camioneros que hacen cientos y cientos de kilómetros cada día.
Lógicamente, la medida no se va a implantar este año, ni el que viene. La AEC tiene previsto que en un plazo máximo de 5 años se haga efectiva, para lo cual tendrán que diseñar un sistema de localización por GPS para todos los coches, algo que serviría para llevar un seguimiento tanto de la posición como del kilometraje.
De momento los grupos parlamentarios no se han pronunciado al respecto, pero estoy seguro de que ninguno querrá defender esta propuesta a capa y espada si quiere ganar las elecciones. Es una tomadura de pelo que una asociación como la AEC, fundada en 1950 sin ánimo de lucro, trate de arrebatarnos el dinero en tiempos de crisis. Y todo para que se lucren unos pocos… bienvenidos a España.