La factoría Nissan está siendo noticia en el Motorshow de Tokio tras dar uno de los mayores golpes de efecto de la feria con la presentación de sus nuevos Nissan IDx. Anunciados como una fusión del pasado y del futuro de la marca, los nuevos modelos IDx Freeflow y Nismo Concept representan la mezcla perfecta entre el talante vanguardista de la empresa y su concepción más vintage.
IDx Freeflow
El cóctel entre pasado y futuro que nos representa la versión Freeflow está sobre todo basado en el modelo Datsun 510, llevado al siglo pasado con un color beige de lo más retro, tintes que no veíamos desde el Skyline de 1977 (5º generación) y el Nissan Laurel del año 1968. Este sedán cupé, mide 4,1 metros de largo y 1,7 m de ancho, con un motor de gasolina en dos versiones, uno de 1,2 litros y otro de 1,5 con 140 caballos, inyección directa y cambio CVT de seis velocidades. Su forma modernista, minimalista y compacta lo hacen uno de los vehículos más visitados en los stands del evento japonés.
IDx Nismo
Esta es la versión deportiva de su hermano, con una arquitectura más atrevida sobre todo en la parte delantera. Impulsado con tracción trasera, sus llantas de 19 pulgadas soportan un motor 1,6 DIG-T de 200 CV (el mismo que el Nissan Juke Nismo) y cuatro cilindros de inyección directa sobrealimentado. Contiene además elementos más aerodinámicos, con alerones que destacan más su personalidad competitiva.
En palabras de la propia web de Nissan, «el diseño del IDx ha sido realizado en base a los gustos de la juventud, los nativos digitales, criados bajo la supervisión del ordenador, Internet y los videojuegos».
Nissan explora todas las opciones en el Salón de Tokio y tras el estreno del Nissan GT-R Nismo y la puesta en marcha del Juke para 2016, ahora nos sorprende y se reinventa a sí misma con dos prototipos más para su colección. Las imágenes hablan por sí solas.