Es un duelo de titanes que juegan en ligas distintas. El Nissan GT-R y el Hennessey Mercedes G63 AMG (en la imagen) no tienen nada que ver. Sin embargo, este último puede plantarle cara gracias a un paquete de soluciones que le permite rodar con 700 CV de potencia y un par máximo de 1.083 CV. Es lo que tiene toquetear un motor V8 5.5 biturbo con bastante idea.
Dicho esto, parece complicado decantarse por un ganador. Un tanque con misil incorporado contra un superdeportivo de renombre. ¿Vosotros por quién apostáis?