Nissan GT-R 2013, puro rendimiento


Nadie lo va a notar cuando se ponga a la venta en Enero. Por fuera no hay ni un sólo cambio, es el mismo coche. Entonces, ¿qué significa esto? Pues que el coche es nuevo, es una nueva generación, pero por dentro. Es el fruto de la testarudez de los ingenieros de Nissan, que insisten en superar sus propias barreras, en hacer mejor un coche que en sí mismo ya es una estrella rutilante.

Todas las modificaciones son para romper los límites de su rendimiento, su conducción y su dinámica en carretera o circuito. En Nissan observaron ciertas deficiencias del GT-R en su participación en las 24 Horas de Nürburgring y por eso se obsesionaron con que había que replantear toda la ingeniería de nuevo.

Lo primero que han atacado es la entrega de potencia a medio régimen. Hacer el coche más elástico cuando las revoluciones del motor están en su franja central y hay que acelerar a fondo hasta llegar al régimen máximo. Para conseguirlo no han tenido que cambiar el propulsor. Sigue siendo el mismo, sigue confirmando unos idénticos 543 CV. Pero el cero a cien lo ha disminuido en una décima de segundo y, gracias a la superior respuesta del motor a la presión sobre el pedal del acelerador, el coche da la vuelta alrededor del circuito de Nordschleife en tres segundos menos; eso es un mundo de diferencia.

Piezas y más piezas

El bi-turbo V6 tiene nuevos inyectores y los turbos nuevas válvulas. Todo el sistema de distribución del aceite también es de estreno, haciendo que la presión sea siempre más estable sin importar cuánto esfuerzo se le está demandando al motor.

La tracción total sigue siendo la clave para que este coche circule sobre raíles. La verdad es que en mi vida he podido conducir uno, pero todo el mundo que se jacta de ello es lo que más destaca. Ahora bien, la eficiencia dinámica de las cuatro ruedas motrices se eleva con un retocadísimo sistema de suspensión, al que se le ha añadido una barra estabilizadora delantera y se le ha variado el ángulo de caída de las ruedas. También hay refuerzos en los anclajes de la suspensión al chasis para que el coche sea todavía más rígido.

Visto lo visto, creo que los ingleses seguirán llamándolo cariñosamente “Godzilla”.

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