Neymar fue noticia antes del partido que enfrentó al Barça y la Real Sociedad en Anoeta. El delantero brasileño podría haberse quedado en Barcelona si el accidente que sufrió con su flamante Ferrari hubiera sido más grave.
El incidente ocurrió cuando se dirigía a la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí, donde los jugadores se reúnen para coger el autocar que les lleva al aeropuerto. A la salida de la autopista, con el asfalto algo mojado, perdió el control de su Ferrari 458 Spider, un superdeportivo que monta un motor V8 de 4.5 litros y entrega 570 CV y 540 Nm de par máximo.
Salió ileso
Por suerte no hubo que lamentar heridas de consideración. Neymar solo sufrió algunas magulladuras que no le impidieron sumarse a la concentración del equipo. De hecho, para que la cosa no se alargara más de la cuenta, llamó a un empleado del club que se quedó junto a su Ferrari y junto a los Mossos d’Esquadra, que no tardaron en acudir al lugar de los hechos para preparar el atestado.
El costado izquierdo del coche salió bastante mal parado, aunque no creo que Neymar deba preocuparse por ello. Primero por el seguro a todo riesgo que tendrá contratado, y segundo por el pastizal que cobra cada mes por defender los colores del Barça. Bastará con llevarlo a un taller oficial para que quede como nuevo.
Por lo visto, el joven futbolista de 24 años estampó su Ferrari contra el guardarraíl, motivo por el cual acabó orientado hacia el sentido contrario a la marcha. No creo que fuera a una velocidad prudencial, ya que este tipo de coches se agarran al asfalto que da gusto.