En mayo MINI anunció la llegada de su modelo más radical, el MINI John Cooper Works GP. El biplaza por fin llega al mercado en una edición limitada a 2.000 unidades. Lo hace con la etiqueta de ser el MINI más rápido de la historia, que no es poco.
Prestaciones que ponen los dientes largos
Su motor turbo de 1.6 litros y cuatro cilindros en línea tiene la culpa. Desarrolla 218 CV de potencia para mover un peso total de 1.160 kilos. Eso significa que las prestaciones son espectaculares, tal y como confirman las cifras que registra: de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos y 242 km/h de velocidad máxima. Normal que haya sido capaz de completar una vuelta en el mítico Nürburgring-Nordschleife en 8:23 minutos.
El motor va asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades que ha sido reforzada para la ocasión. El consumo es realmente contenido, ya que 7,1 l/100 km para esta «MINI bestia» me parece muy poco.
Cumple con nota en seguridad y equipamiento
No le faltan sistemas de seguridad como el ABS (antibloqueo), el EBD (regulación de la fuerza de frenado) o el DTC (control dinámico de estabilidad). La suspensión es regulable en altura (20 milímetros en total) para que se adapte a las necesidades de cada terreno. No es lo mismo conducirlo por ciudad que en un circuito, algo que por desgracia se les olvida a algunos.
Estéticamente es muy atractivo y su equipamiento es muy completo. Incluye faros de xenón con carcasas de color negro, cristales con protección solar, climatizador, kit Bluetooth manos libres con USB, alarma y recepción de señal de audio digital, etc. Los dos asientos son Recaro y el espacio del maletero es de 723 litros.
Y por último lo que menos gusta, el precio. El MINI John Cooper Works está a la venta desde 41.700 euros.