Mientras el sector de la automoción sigue agonizando en países como España, donde no se vende ni un colín, hay marcas que pueden sacar pecho y seguir con sus planes como si no pasara nada, como es el caso de Mercedes-Benz. Ya sabemos que el dinero está cada vez menos repartido y que eso genera que las marcas premium no lo estén pasando tan mal como las generalistas, que han visto como sus potenciales clientes prefieren estirar la vida útil de sus coches o lanzarse a por un vehículo de segunda mano. Eso o pensar en el transporte público y en medios más sostenibles, porque están las cosas como para darle una patada al coche y cambiar de chip radicalmente.
Solo al alcance de gente con mucho dinero
Reflexiones aparte, lo que venimos a decir es que Mercedes-Benz ha facilitado las tarifas que tendrán que pagar los interesados en el Mercedes-Benz EQS SUV, que fue presentado hace unos meses y que se trata del hermano mayor de la berlina EQS.
La mala noticia, como no podía ser de otra forma, viene dada por su precio, ya que se convierte en el SUV más caro del mercado (en su versión tope de gama) y en uno de los coches eléctricos más caros que te puedes comprar en estos momentos. ¿Por qué? Pues porque por él hay que pagar la friolera de 139.125 euros, que es lo que piden por la versión más básica. Eso significa que cuesta 19.649 euros más que el mismo modelo con carrocería berlina, que se dice pronto.
Quienes quieran disfrutar de esta bestia eléctrica de 5,22 metros de longitud sin restricciones, pueden llegar a pagar hasta 165.900 euros, que es lo que cuesta la versión tope de gama. Estamos hablando de 544 CV, tracción a las cuatro ruedas, 595 km de autonomía y una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos. Poca broma.
Competencia sana
Habrá que ver si es capaz de salir ganador de una competición en la que se medirá a otros colosos como el Tesla Model X (desde 143.990 euros) o el BMW iX (desde 87.150 euros que pueden llegar a ser 131.700 euros en la versión iX M60 de 619 CV).