Los policías de Japón se han llevado una sorpresa al enterarse de que tendrán la posibilidad de conducir uno de los tres Nissan 370Z Nismo que sus superiores han adquirido. Teniendo en cuenta que en Italia van con el Lamborghini Huracán y en Alemania conducen el Porsche 911, era de esperar que los nipones también barrieran para casa apostando por uno de los modelos más deportivos del mercado.
Desearán que los ladrones se den a la fuga
Estamos hablando de una bestia parda que monta un motor V6 atmosférico de gasolina de 3.7 litros. Dicho propulsor entrega 344 CV de potencia, lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, una décima menos de lo que emplea el Nissan 370Z a secas, que por otra parte desarrolla 328 CV.
Con semejante máquina dando vueltas por la calle más de un aficionado al drifting debería estar intranquilo. Su velocidad máxima, limitada, es de 250 km/h, pero es muy probable que Nissan haya prescindido del corte electrónico para que los agentes de policía puedan exprimir todavía más sus prestaciones.
La policía de Tokio ya se frota las manos con esta nueva adquisición, si bien es cierto que han tenido otros deportivos dignos de admiración. Me refiero al Subaru Impreza o a los Mazda RX7- y RX-8, que tampoco están nada mal.
La pregunta es… ¿son tan útiles estos coches para un cuerpo de policía? ¿Tantas persecuciones hay a lo largo del año? Dejando a un lado la hipocresía, podríamos decir que estas unidades se contratan por temas de imagen más que por otra cosa. A no ser que estés en Dubái, donde hay un buen puñado de superdeportivos circulando por las calles, no es necesario conducir un coche que pueda llegar a los 300 km/h de velocidad punta.