Afortunadamente, Lotus no desaparecerá ni nada por el estilo. Sus nuevos dueños se han hecho cargo de todas las deudas que se han generado debido a la ambiciosa expansión que han llevado a cabo en los últimos años. Han tirado de cuenta corriente y han salvado una situación realmente delicada.
La producción de sus coches había sido detenida durante 60 días. La regulación malasia obliga a las empresas que van a vender un activo a paralizar la inyección de dinero sobre dicho activo durante ese periodo de tiempo. Como han pasado esos dos meses, DRB-Hicom, su nueva casa matriz, le ha proporcionado la primera inyección y ya pueden volver a fabricar deportivos.
Con esta ayuda podrán fabricar 44 unidades semanalmente. Además, también podrán continuar con el desarrollo del Lotus Esprit, el único que sigue vivo de los cinco modelos que presentaron en el Salón de París de 2010.
Así las cosas, Dany Bahar, CEO de la marca, ha salido a la palestra para desmentir un rumor que decía que la empresa china Youngman iba a comprar Lotus. Seguirán siendo compañeros estratégicos y no habrá absorción que valga, algo que desde luego es todo un alivio para una compañía que este mismo año cumple su 60 aniversario.