Mad Max vuelve a los cines con una nueva entrega llena de monstruosos e implacables coches que se atacan entre sí en un arenisco mundo post-apocalíptico. Veloces muscle cars, implacables ‘Big Foots’, customizados ‘Hot-Rods’… los modelos más impensables y distópicos de la saga estarán presentes, combinando piezas de otros vehículos al más puro estilo Frankenstein, y conducidos por los peores asesinos y ex-convictos. La precuela de aquella película de 1979 protagonizada por Mel Gibson vuelve en mayo de 2015 con Tom Hardy como Max Rockatansky y una larga lista de alucinantes coches. Pero ¿cuáles son los 7 modelos más salvajes?
Cranky Frank
Lo que viene a ser un descomunal motor V8 sobrealimentado metido a duras penas sobre el capó de un Holden FJ 50-2106 FX Utility de 1951. Con Su inconfundible carrocería pick-up oxidada y amartillada muestra un techo rebajado y un aspecto andrajoso, aunque no deja de ser un auténtico monstruo del desierto y uno de los vehículos más peligrosos de la saga.
Interceptor
Si tenemos que elegir un vehículo que sea la icónica imagen de saga iniciada en 1979, no cabe duda que este sería el famoso Mad Max V8 Interceptor de Max Rockatansky. Se trata de un modelo XB GT Ford Falcon Coupe de 1973 modificado por Murray Smith, Peter Arcadipane y Ray Beckerley para la película. En sus días fue lanzado únicamente en el mercado australiano y, aunque no obtuvo demasiado éxito al principio, hoy se ha hecho un hueco en la historia del cine.
Gigahorse
Una de las creaciones más bestias y locas de la saga es el Gigahorse, un “gigacaballo” propulsado por dos modelos Chevrolet 502Cid con motor V8 de 502 caballos cada uno. Además, posee dos Cadillac De Ville de 1959 montados uno sobre otro, ruedas traseras de Monster-truck con 70 pulgadas de diámetro y una altura total de 4 metros. Como ventajas armamentísticas, destaca el arpón de barco instalado en lo más alto del vehículo, listo para pescar cualquier «ballena» del desierto.
Nux Car
El Chevrolet Coupe B de 1934 de Mad Max está lleno de sorpresas en el motor, ya que además de montar ni más menos que un motor V8 sobrealimentado, está equipado con sistemas de óxido nitroso. Este hot dog al estilo American Graffiti es conducido por Nux, un «amigo» de Max que pertenece a la banda de Immortan Joe.
FDK
El clásico «escarabajo» se une a la colección de coches de Mad Max, esta vez enseñando los dientes con un despliegue único de artillería pesada. Este Volkswagen Beetle de estilo hot-rod (cuya función en la película es servir como escolta de un convoy) llega equipado con un motor V8 sobrealimentado y puede arrojar llamas a larga distancia gracias a unos barriles de combustible integrados en su estructura. Sin duda alguna, el más pequeño pero matón de la cinta.
Ploughboy
Este «mozo de labranza» es más de lo que parece. Se trata de Holden EH Sedan de los años 60 que, entre otras cosas, posee una especie de grúa-catapulta con rastrillo en la zona del maletero y un arpón sobre el techo. Cabe destacar también la alta amortiguación de sus ejes traseros y su aspecto gamberro.
Plymouth Rock
El modelo está construido sobre lo que parecen los restos de un Playmouth sedán de 1937. La misión de este anabolizado y salvaje puercoespín metálico es buscar carroña en el desierto para reparar sus daños y reutilizar las piezas abandonadas. A juzgar por su aspecto es un peligro para todos, pero lo es aún más para su conductor, a quien no le gustaría salir ligeramente disparado por el hueco del parabrisas.
En el siguiente tráiler puedes ver todos los coches de «Mad Max: Fury Road» en plena acción.