Los 5 coches más feos que se recuerdan


Actualmente existen en el mundo en torno a 150 marcas de automóviles, y unos 4.300 modelos con toda clase de diferencias entre sí. No obstante, desde la invención del primer vehículo autopropulsado en 1886 hasta los modelos más vanguardistas, siempre ha habido vehículos que no se han distinguido precisamente por su línea preciosista, sino todo lo contrario. Hoy queremos hacer un pequeño homenaje a esos coches feos que también fueron merecedores de nuestro cariño.

Matra Rancho


La empresa francesa presentó en 1977 una versión pickup del popular Simca 1100, que había sido nombrado coche del año en 1975. El experimento dio como resultado una furgoneta que no llegaba a todoterreno y viceversa, aunque resultó ser uno de los productos más innovadores en aquellos tiempos y se vendieron cantidades bastante considerables. De todas formas, si la belleza es el acuerdo entre el contenido y la forma, el Matra Rancho no la tiene.

Citroën Ami

Citroen Ami
El Citroën Ami comenzó su andadura en 1961 como un modelo más adelantado que el famoso 2CV, pero no tan revolucionario como el tiburón Citroën DS/ID. Incrustado en una carrocería cupé, su motor de 602 cc generaba una potencia de 26 CV a 4500 rpm, que le permitía alcanzar los 105 Km/h. Su recortado aspecto nunca dio la confianza necesaria a los potenciales compradores aunque presumía de un amplio maletero y luces traseras con aspecto de bala.

Citroën Karin

Citroen Karin
Los egipcios estarían orgullosos de ver el Citroën Karin, el coche pirámide por excelencia. La compañía italiana Trevon Frost llevó este concept-car al salón del automóvil de Paris en 1980 para hacer honor a la brusquedad de su visión del futuro. La originalidad entra aquí en conflicto con la fealdad e incomodidad de un vehículo trapezoidal, pero lo peor de todo es sin duda el interior, ya que al poseer una sola altura en el eje central, su volante estaba instalado en mitad del salpicadero. Tuvieron valor.

Fiat Multipla


En 1998 Fiat decidió pelear por el galardón «Automóvil más feo de 1999» del programa Top Gear y lo consiguió con su modelo Multipla. Luce una cabina escalonada sobre el capó y unos pequeños faros repartidos entre estos dos elementos, los mismos que no le dieron buena reputación a la marca, y que pasó con más pena que gloria en la historia de los vehículos familiares.

Polo Harlequin


En 1994, siete mecánicos de Wolfsburgo que trabajaban para la empresa Volkswagen, comenzaron a mezclar chapas de color azul, verde y amarillo en el nuevo Polo a modo de protesta, ya que las noticias apuntaban a una reducción de plantilla. Así nació el diseño que tanto llamó la atención del Polo Harlequin, ataviado con un traje multicolor que fue centro de atención en 1995 durante el Salón Internacional de Frankfurt. Cada bloque de construcción fue representado de un color diferente; rojo flash, amarillo retama, verde pistacho y azul Chagall. Fue limitado a 1.000 unidades pero finalmente fueron fabricados 3.800 dada su demanda. Sólo en Reino Unido circularon más de 2.500 modelos entre 1996 y 1998

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