Ya lo decía tu madre: «No corras con el coche, que más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto». Y tenía razón. Muchas personas no son conscientes de lo peligroso que puede ser conducir con prisas, sobre todo cuando uno no es Fernando Alonso aunque se lo crea.
Hoy nos vamos hasta Kiev para ver un accidente que demuestra que las prisas, en un mal conductor, pueden traer consigo consecuencias muy graves. ¿Nos acompañáis?
Locura e imprudencia
El protagonista, un tal Alexander o Dimitri, qué más da, conduce un Hyundai i10 a toda velocidad por el supuesto carril izquierdo de una carretera en la que los carriles no están marcados. De repente un tráiler se detiene en la parte más alejada, algo que provoca que todos los vehículos se muevan hacia la izquierda para continuar con su recorrido.
Todos frenan, pero el del Hyundai i10 se cree más chulo que nadie e intenta adelantarlos a todos traspasando la doble continua que separa los dos sentidos. En ese momento impacta contra la parte trasera izquierda de Renault Scénic 4×4 y sale volando como si estuviera hecho de cartón. Da varias vueltas de campana y no sabemos cómo termina la historia, ya que el vídeo acaba ahí.