Es un hecho que en España, los coches eléctricos aún no terminan de despegar. Su precio, que resulta entre 5.000 y 18.000 euros más alto que sus equivalentes de gasolina, desanima especialmente a las clases media y baja. En el primer trimestre del año, apenas representaron el 4,6% del mercado, muy por debajo del promedio de la Unión Europea. Países como Alemania o Francia muestran una demanda mucho mayor por estos vehículos.
Además, en Francia, ha puesto en marcha un programa de renting coche eléctrico social que ha sido muy bien recibido, ofreciendo una posible solución que podría ser adoptada también en España.
Un logro excepcional
En la campaña electoral de 2020, Emmanuel Macron presentó un plan innovador para fomentar la adopción de vehículos eléctricos en Francia. Este plan incluye un mecanismo de leasing que permite a los ciudadanos acceder a vehículos eléctricos por tan solo 100 euros al mes. Con esta iniciativa no solo se ha beneficiado a familias con ingresos modestos, sino también a profesionales sanitarios y jóvenes, facilitándoles el acceso a una movilidad más sostenible y económica.
Esta medida representa un complemento adicional a las ayudas oficiales ya vigentes para la compra de coches eléctricos, unas ayudas principalmente dirigidas a modelos populares con precios que oscilan entre los 35.000 y 40.000 euros, y que han generado un notable aumento en las ventas de este tipo de vehículos en el mercado francés.
Asimismo, resulta considerablemente más atractiva que las ofertas de las marcas, que imponen condiciones más rigurosas en el arrendamiento y aplican penalizaciones a los clientes al finalizar el periodo de tres o cuatro años.
Exclusivamente para vehículos fabricados en la UE
En un claro impulso a la industria automotriz europea y al uso de tecnologías limpias se requiere que los vehículos sean producidos dentro de la Unión Europea. Con el nuevo plan de leasing de coches eléctricos, el Gobierno francés tiene como objetivo poner en circulación aproximadamente 100.000 coches sin emisiones al año, facilitando a los ciudadanos el acceso a la movilidad eléctrica y protegiendo a la industria europea frente a la creciente competencia de modelos asiáticos o americanos.
La propuesta española
Tras el éxito en Francia al acercar los coches eléctricos a familias con menos recursos mediante un leasing de 100 euros, otros países están considerando adoptar iniciativas similares, entre ellos España.
En España, organizaciones como Transport & Environment (T&E) y Ecodes han propuesto un modelo similar adaptado a las necesidades del país. Según este análisis, y una vez demostrado que sí existe interés por la movilidad sostenible, aunque el principal obstáculo es el precio, se contempla ofrecer vehículos eléctricos tanto mediante leasing como renting.
El modelo español implicaría un programa de ayudas para la compra de vehículos totalmente eléctricos, con un costo aproximado de 20.000 euros, diseñados principalmente para hogares con ingresos medios y bajos, que incluyan cuotas mensuales a partir de 90 euros y períodos de 4 a 8 años, apoyados además con financiación adicional por parte de las administraciones públicas. Se prevé que el programa captaría al 25% de los compradores y usuarios de vehículos privados con rentas más bajas.
La implementación de estos planes en España, podría generar una importante influencia en la adopción de esta tecnología, ayudando a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorando la calidad del aire en nuestras ciudades, y democratizando el acceso a la movilidad eléctrica. Grupos socioeconómicos que actualmente podrían no considerar los vehículos eléctricos debido a sus costos iniciales saldrían beneficiados de estas opciones más accesibles y flexibles.
Por otra parte, cabe señalar que si el plan fuera puesto en práctica con éxito, podría reemplazar 39.000 automóviles de combustión interna que actualmente recorren 15.000 kilómetros al año. Esto resultaría en un ahorro estimado de hasta 48.775 toneladas de CO₂, además de evitar la emisión de 214.695 kilogramos de NOx y 21.353 kilogramos de PM10.
Por el momento, el Ejecutivo ha confirmado que lo está estudiando.
Beneficios ambientales y sociales
La transición hacia una flota vehicular más electrificada es primordial para cumplir con los compromisos de reducción de emisiones de carbono tanto de España como de la Unión Europea. Al mismo tiempo, promovería la salud pública reduciendo la contaminación atmosférica y el ruido urbano. Sin olvidar, que la expansión de la infraestructura de carga y la producción local de componentes eléctricos crearían nuevas oportunidades de empleo y fortalecerían la economía española.
No cabe duda de que tanto la iniciativa francesa como la propuesta española representan un paso adelante hacia una movilidad más sostenible y accesible para todos. Apoyar estos programas es fundamental para alcanzar los objetivos ambientales y económicos a nivel nacional y europeo y para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, promoviendo con ello una economía más resiliente y orientada al futuro. Es necesario seguir avanzando con decisión y compromiso para asegurar un futuro más limpio y próspero para las generaciones venideras.