El señor trajeado que puedes ver en la primera imagen que ilustra este artículo es Stephan Winklemann, el actual presidente de Lamborghini. Eso sí, pronto dejará de serlo tras 10 años de mandato para ponerse al frente de la división Quattro GmbH de Audi.
Antes de irse ha querido dejar claro que la firma italiana no fabricará coches eléctricos. Por lo menos no lo harán en un futuro a corto plazo, pero no pueden afirmarlo a 10 o 20 años vista porque todo cambiará una barbaridad.
No va con ellos
Estoy convencido de que los fans de la marca agradecerán sus palabras. Los motores V12 y V10 están mal vistos y no son pocos los competidores que están empezando a estudiar la posibilidad de lanzar coches eléctricos en un futuro no muy lejano. Sin ir más lejos, Ferrari y McLaren presentaron hace tiempo sus propuestas híbridas más impresionantes, el LaFerrari y el P1. De ahí que muchos hayan girado la cabeza hacia Sant’Agata Bolognese, donde siempre han recibido un «no a la electricidad» por respuesta.
Winkelmann ha justificado la decisión hablando de costes y precios repercutidos a los clientes. Un superdeportivo o un SUV eléctrico no cuesta lo mismo que un superdeportivo o un SUV con motor de combustión:
Si tuviéramos la oportunidad de tener un vehículo eléctrico con el mismo precio y el rendimiento de un SUV, diría que vamos a ir a por ello. Pero no es el caso en esta etapa de la tecnología en la que nos encontramos.
Motores turbo
No solo ha hablado de eso, sino que también se ha referido al retorno de los motores turbo tras cuatro años de ausencia. De ahí que el Lamborghini Urus vaya a montar un V8 biturbo de 4.0 litros que también podríamos ver en la versión plug-in hybrid del primer SUV de la casa.
El Asterion Concept no sirvió de mucho
Maurizio Reggiani, otra de las voces autorizadas dentro de Lamborghini, ha hablado sobre la posibilidad de aprovechar la tecnología que desarrollaron para el Asterion Concept que vio la luz en el Salón del Automóvil de París de 2014. Ha descartado echar mano de ese prototipo porque las baterías y otros componentes no se ajustan a lo que están buscando. Tampoco les convence el sonido del motor porque buscan algo más natural, así que tendrán que trabajar muy duro para que los híbridos que fabriquen sean convincentes.
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