Se rozó la tragedia en una de esas carreras que ponen a prueba la velocidad de los superdeportivos. En este caso también se puso a prueba la velocidad de un cámara que escapó de una envestida que habría sido mortal, ya que el Lamborghini Aventador sale con una bravura tremenda desde parado, motivo por el cual puede acelerar de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos para alcanzar una velocidad máxima de 350 km/h.
Cuestión de décimas de segundo
700 CV dan para mucho y estás obligado a superar a un Corvette para no quedar en ridículo. De ahí que al conductor del Aventador le entraran las prisas a la hora de pisar el acelerador. Solo se fijó en el semáforo que marcaba el inicio de la carrera e hizo bien. El que metió la pata fue el cámara, tal vez porque no le avisaron de que esa bestias pardas salían como una exhalación sin esperar a nadie.
Por suerte para el trabajador que cubrió la jornada, el conductor reaccionó a tiempo con un volantazo hacia la derecha con el que evitó el atropello. Lo más curioso de todo es que el cámara no soltó el aparato en ningún momento. Se dedicó a correr como no había corrido nunca antes en su vida y entre una cosa y la otra se salvó de milagro. El próximo día, para evitarse otro disgusto de semejante calibre, no se moverá de ahí por nada del mundo hasta que los dos superdeportivos pasen de largo.