Lamborghini sigue creciendo y lo hace donde tiene más posibilidades de multiplicar sus beneficios. Sus directivos no son tontos y acaban de inaugurar un concesionario enorme en Dubái, tierra de superdeportivos.
Mide la friolera de 1.800 metros cuadrados, espacio suficiente para exhibir decenas de modelos repartidos en tres plantas que solo los más ricos pueden llegar a pisar con intenciones reales de compra.
Preparando la llegada del Urus
Ya van 12 concesionarios en Oriente Medio y África, una región en la que están vendiendo unidades como churros. Sin embargo, el pelotazo lo quieren dar ahora con la llegada de su primer SUV, el Lamborghini Urus. De ahí que se hayan rascado el bolsillo para crear un concesionario tan grande que es bello por dentro y por fuera, como sus coches.
Pretenden duplicar sus ventas y dejar a un lado la exclusividad, que para eso ya están las ediciones limitadas. Se han dado cuenta de que hay un trozo de pastel gigante esperándoles y no quieren quedarse con la miel en los labios. Les da igual que sus clientes tengan la sensación de que hay tropecientos Urus idénticos dando vueltas por la calle. Si quieren una máquina única, que contacten con el programa de personalización Ad Personam, y así de paso se llevan unas cuantas decenas de miles de euros más.
El Urus, por cierto, todavía no ha visto la luz. En un principio se habló del Salón del Automóvil de Ginebra como lugar indicado para su presentación, pero al final nada de nada. Su producción debía arrancar en abril y no lo ha hecho, así que estamos pendientes de toda la información que pueda llegar al respecto en los próximos días. Hasta entonces, el concesionario Lamborghini de Dubái tendrá que rellenar su espacio con otros modelos.
Para terminar, decir que en dicho concesionario también hay zonas de boutique y un taller en el que llevarán a cabo mantenimientos y reparaciones.