Hay ciertas cosas que rebasan mis entendederas. Se van a fabricar 499, pero la lista de peticiones ya pasa de los 1.000. Y estamos hablando de un trasto de 1,5 millones de euros, más o menos. No creo que 250.000 arriba o 250.000 abajo vayan a ser una gran diferencia una vez se cierren contratos con los compradores.
Dependiendo de en qué zona del país vivas, podríamos decir que comer un menú de bar-restaurante al mediodía te costaría 10€. Dándole un poco a la calculadora, por el precio del LaFerrari, tendrías el sustento asegurado quince millones de días. Es decir, 42 años de comida. Los cientos de millonarios que se van a quedar tristes por no conseguir su LaFerrari, podrían emplear el dinero en hacer algo más útil, ¿no?
La marca de Maranello ha abierto un website específico para el modelo, con una extensa retórica de palabras bonitas, dibujos a mano alzada y una aplicación integrada para que puedas rotar 360º una recreación perfecta del coche, y verlo de desde todos los ángulos.
Una sola opción
En el site, sólo puedes elegir entre “Nero”, “Rosso Corsa” y “Giallo Modena”; es bastante divertido, porque un bozarrón va pronunciando los nombres de los colores cada vez que los cambias. Si lo haces muy deprisa y repitiéndolo sin parar te puedes reír un rato cuando la voz empieza a derrapar.
A pesar de esta limitación cromática en la web, Ferrari asegura que si eres uno de los 499 elegidos que deciden invertir 42 años de comida en un coche, el color no va a ser un problema. Cualquier punto en la paleta de la gama Pantone está a tu disposición. Es más, se podrán escoger configuraciones bitono.
De hecho, es lo único que se podrá variar y personalizar, porque el coche es como es y no da hueco a packs ni opcionales de tapicería, equipamiento o aditamentos aerodinámicos. Aunque si recuperamos el principio de este discurso, yo creo que poniendo billetes encima de la mesa seguro que algún apaño de tuning te pueden hacer.